Revista sobre educación y liderazgo educativo DYLE Nº 17

DYLE Nº 17

Experiencias

FPA. Una historia real de inclusión educativa

Rubén Mateos López

“No se puede dar clase a un alumnado que no quieres”.

Ángel Carracedo.

Reconozco haberme encontrado entre los comentaristas prematuros, con lectura diagonal, de la polemizada Convención de la ONU sobre Derechos de Personas con Discapacidad Intelectual. No estaba entre los muy vehementes pero me molestaban muchas de las posturas escuchadas. Asumo, con poco pudor, que desde el principio busqué, con ese sesgo de autoconfirmación que suele movernos, razones por la que un centro como el que dirijo debe seguir existiendo. Eso pasó hace un tiempo.

El citado texto contiene un gran número de aspectos deseables, poco contestables, aplicables a cualquier sistema educativo que quiera promover la equidad. La mayoría es difícil que puedan cumplirse a corto plazo por aspectos estructurales y fundamentalmente económicos. La Disposición Adicional IV de la LOMLOE fija un plazo para alguna medida. Habla del año 2030. Si hago caso a un amigo economista, siempre que quieras afirmar algo taxativo acompañalo de una cifra redonda. Por tanto, 2030 me produce poca confianza como año de cumplimiento de un plazo. Las experiencias previas generan pocas expectativas de cambios contundentes en el área geográfica en la que vivimos.

En esta espera hacia algo poco definido, nuestro pequeño centro educativo, un CEEPR (Centro de Educación Especial Privado Concertado) empezó a explorar posibilidades de mejora de nuestra respuesta educativa con los medios que ya existen.

Y una de las experiencias que se incluyen en esa búsqueda es lo que hoy quiero trasladaros en este artículo.

Es ya una realidad que creemos que puede responder a diversos aspectos recogidos y no desarrollados de nuestra legislación educativa. Y defendemos que responde a artículos muy importantes que ahora sí conozco de la citada anteriormente Convención de la ONU. Se establece en el artículo 2º “un diseño universal de todos los productos, entornos, programas… que no excluirá ayudas técnicas para grupos particulares de personas cuando se necesiten”. Añade en su artículo 5º “que no se considerarán discriminatorias las medidas específicas que sean necesarias para lograr la igualdad de hecho de las personas con discapacidad. Por último, en el artículo 24º menciona el contexto educativo reseñando “los ajustes razonables en función de necesidades individuales”, “la prestación de apoyo necesario a la as personas con discapacidad, en el marco del sistema educativo, para facilitar su formación efectiva” y “las medidas de apoyo personalizadas y efectivas en entornos que fomenten el máximo desarrollo académico y social”.

La experiencia educativa que planteamos desde nuestro centro gana importancia si a todo lo anteriores añadimos dos aspectos importantes: la inexistencia real de itinerarios post-obligatorios para alumnado con discapacidad intelectual y del desarrollo en gran parte de nuestros territorios autonómicos y que cerca del 100% de este alumnado sigue encajando solo en el sistema educativo en la definición de abandono escolar temprano definido por la Unión Europea (“persona menor de 24 años sin titulación básica académica”).

La experiencia piloto

Tras casi diez años de relación y experiencias conjuntas entre nuestro centro educativo y el CIFP Paseo das Pontes, un centro integrado de Formación Profesional muy cercano al nuestro, el CURSO PASADO arrancó un proyecto en común para intentar dar respuesta a muchas de las cuestiones que ya se han ido presentando en este artículo.

En este curso 22/23 termina el primer pilotaje inclusivo de Formación Profesional Adaptada (definida así en el Decreto 229/2011 en Galicia) llevado a cabo entre los dos centros, en un modelo de colaboración sin precedentes pero que entendemos que tiene posibilidades de futuro. Surge de la voluntad de muchas personas de apoyar algo que creen que aporta. Profesionales de los centros, inspección, Consellería, Centro de Formación del Profesorado, ALUMNADO de ambos centros son piezas indispensables de esta experiencia. Y, como no, los sucesivos equipos directivos del CFPI que facilitaron que esto sea real.

El curso pasado planteamos que seis de nuestros alumnos y alumnas iniciasen voluntariamente una acción formativa reglada que tendrían que desarrollar, en parte, en el CIFP Paseo das Pontes. Este alumnado sigue matriculado en nuestro CEEPR. y siguen siendo, formalmente, estudiantes de la etapa de Básica Obligatoria. No tienen, por tanto, ninguna titulación académica y esa es una de las razones para estar en un centro específico. Fuimos su única posibilidad dentro del sistema educativo a partir de los dieciséis años, aunque algunos ya estudiaban con nosotros desde su difícil salto de la Educación Primaria a la Educación Secundaria. Como la mayoría de nuestro alumnado provienen de un sistema inclusivo limitado en tiempo, en recursos y en metas de futuro. Uxía, Nikita, Susi, Carla, Flopy y Victoria son mayores de diecinueve años y su futuro debe ser una vida adulta plena, incluyendo la parcela laboral (esto sí está claro en la Convención de la ONU, hasta leída en diagonal). Ninguno de ellos tiene un título académico sólo debido a ser alumnado con Discapacidad Intelectual.

Hoy son nuestra esperanza de primera promoción titulada con la CERTIFICACIÓN PROFESIONAL de Operaciones básicas de Pastelería (Nivel 1) diseñada de forma INCLUSIVA. Esta acción formativa fue diseñada como una formación cuidada y con todo lo necesario para fomentar su éxito. El CIFP decidió que el mejor contexto de aprendizaje y relación se iba a establecer en el segundo trimestre con su alumnado de Primero de Ciclo Medio. Por tanto, nuestro alumnado inició una EXPERIENCIA FORMATIVA INCLUSIVA con las mejores condiciones para optar a un título con posibilidades de obtenerlo. El título tiene valor. Los ingredientes de la acción y su realización más. Situaciones reales de aprendizaje, despliegue técnico, relación con otro alumnado, contenidos accesibles, estudios relacionados con sus intereses y posibles prácticas en empresa. Y con la certificación al alcance, por lo visto tras llevar casi tres cuartas partes de la formación.

Después de casi un año, todos/as han aprobado todo lo realizado. Por encima de todo están viviendo una experiencia educativa de alta calidad, muy adaptada a sus posibilidades y con la cobertura de todas las necesidades de apoyo, muy lejos de prácticas de sobreprotección de otros planteamientos académicos que se consideran tan importantes y obligatorios en un sistema que se plantea poco el para qué, el cuándo, el cómo y el qué.

Hacer este pilotaje es sencillo en el día a día. De lunes a miércoles este alumnado estudia en nuestro pequeño centro específico. Desarrollan y trabajan sobre las competencias de FBO adquiridas y las que deben adquirir con las adaptaciones curriculares oportunas. Los jueves y viernes nuestro alumnado acude al alumnado con el apoyo de un profesional de nuestro centro. Allí tienen clase en el contexto de un CICLO MEDIO con tres profesoras del CIFP. que se han adherido de forma voluntaria a este programa, con el apoyo del equipo directivo. Tienen clases divididos en equipos con el resto del alumnado del Ciclo Medio. Entran en la dinámica del Instituto. Clases, recreos, horarios, etc.

Cuando el alumnado del ciclo no está (prácticas, exámenes, etc), nuestro alumnado recibe “Master Class” con las tres profesoras, lo que ayuda mucho a fijar aprendizajes.

Dentro de unos días, acaba el curso de esta primera promoción. Realizarán prácticas en empresa y optarán al certificado. Somos muy optimistas. Dirían en el mundo anglosajón que la experiencia es win, win. Así es. Fantástica.

Escribiendo este artículo esta semana se produce una coincidencia. Ponemos en marcha nuestro segundo pilotaje. Otros cuatro alumnos/as empezaron el pasado viernes una Certificación Profesional en Madera (Nivel 1) con el CIFP Someso. Replicamos la experiencia. Volvimos a empezar. Charlas entre equipos docentes, clase previa a su alumnado, visita a nuestro centro… y primera clase inclusiva en el CIFP. Con nuestros precedentes, estamos seguros de que esta nueva experiencia va a funcionar muy bien.

La idea de futuro es mantener esta oferta. E incluso aumentar el catálogo para responder a los intereses variados de nuestro alumnado. Tenemos claro que no queremos saturar ningún centro para que sean experiencias sostenibles en el tiempo. Por eso las planteamos en centros diferentes y extendidas en dos cursos. La experiencia nos dice que puede ser la forma.

No puedo acabar este artículo sin agradecer todo el apoyo y el entusiasmo de las muchas personas involucradas en esto. Y quiero dejar aquí constancia del agradecimiento especial a Veli, Rebeca y María, las profes del CIFP Paseo das Pontes, a Diego y Rafa, los profes del CIFP Someso y a los equipos directivos y resto de profesionales de ambos centros. Sin palabras. Añado las excelentes actitudes del alumnado de los tres centros. Y, por supuesto, agradezco al grupo profesional del centro que dirijo por el apoyo incondicional a esta experiencia. ¿Qué puede salir mal?.