DYLE Nº8
Espacios exteriores: incorporemos una mejora
Angels Cadena i Bordoll
Directora con acreditación profesional. Junta FEAEC. Equipo Educativo Escolar Mercé Rodoreda, escuela 360º_eduación a tiempo completo
La escuela se expande al exterior: la experiencia de la
Escuela Mercè Rodoreda de Barcelona
El entorno de las escuelas debe ser acogedor, limpio, amable, socializado y socializador. Deben ser espacios que los niños y adolescentes sientan que son parte del entorno educativo. Con la apertura de escuelas en espacios públicos para cumplir con las medidas sanitarias derivadas de COVID-19, espacios a menudo demasiado pequeños se han visto esponjados por el número de estudiantes de diferentes edades que, al mismo tiempo, tienen diferentes intereses en el espacio recreativo.
Encontrar medidas para mantener los grupos burbuja estables con la distancia, la reducción de las relaciones y la oxigenación de los espacios, no ha sido una tarea fácil. Y al mismo tiempo, mantener la calidad pedagógica, la cultura del centro y dar la respuesta socioeducativa. Reunir ambos desafíos nos ha llevado a encontrar soluciones y estrategias.
Más allá de la organización para reducir la posibilidad de contagios causados por COVID-19, era necesario buscar y aprovechar los espacios y recursos que ofrece el entorno inmediato de la escuela, abierto a nuevas posibilidades pedagógicas y oportunidades educativas en clave comunitaria.
En este artículo queremos explicar la experiencia de la Escuela Mercè Rodoreda de Barcelona. El diseño y la ubicación de los colegios a menudo no están diseñados con el espacio exterior como un entorno educativo efectivo, hay una división entre el edificio del colegio y el entorno, no se potencian los flujos o la permeabilidad de lo que sucede dentro del centro y lo que se vive en la calle, en el barrio, con los ciudadanos. No estimula ni facilita la visión comunitaria del entorno educativo.
En la actualidad tenemos en Catalunya pocas “Escoles del Bosc”, pero si miramos más allá podemos encontrar las “Forest School” inglesas basadas en un sistema de aprendizaje que facilita la observación, el espacio abierto y las interacciones necesarias para entender y aprender global y competencialmente.
No esperemos que cada escuela tenga un bosque, pero lo que puede tener es un parque, caminos anchos que son los espacios de expansión del centro más allá de paredes y vallas.
Hemos visto a lo largo de un trimestre diferente, lleno de imaginación, de angustias, de novedades, que hemos desperdiciado espacios comunitarios en ciudades y pueblos. Los estudiantes a menudo permanecen dentro del edificio educativo y no interactúan con el mundo exterior; permanecemos dentro de la escuela a pesar de que podemos tener un amplio espacio público o un parque cercano. Este espacio al aire libre está asociado a la actividad colectiva de ciudadanos y niños fuera del horario escolar. ¿Vamos al parque cuando dejamos la escuela?
¿Cuántos espacios públicos están desolados y vacíos mientras los niños y adolescentes están en las escuelas? ¡¡Demasiados! ¿Cuántos centros nos tensamos para combinar las horas recreativas en un solo patio interior del centro? ¿Cuántas horas de uso de aulas y espacios interiores tienen que combinarse para poder acomodar las actividades con el alumnado?, este curso ha aumentado con la necesidad de agrupar en burbujas y por lo tanto, necesitaba más espacios y más tiempo. Podemos decir que hemos pasado de ser un centro de dos líneas a tres, con grupos de 17 estudiantes. Una mejora para la acción pedagógica y un reto para la organización.
La búsqueda de espacios, estrategias, nos ha hecho mirar más allá de los muros, instituciones y centros propios.
Hemos descubierto que tenemos espacios fantásticos donde podemos hacer más tiempo de juego esponjoso, interactuar con el medio ambiente, educar en mentalidad cívica directamente sin recurrir a imágenes web o libros a menudo alejados de la realidad. La facilidad de ampliar el tiempo educativo más allá del edificio ha sido un desafío para los municipios, la administración educativa -Consorcio de Educación- para las escuelas y los ciudadanos. Utilizando el espacio exterior, carretera, parque, rambleta ha necesitado acuerdos interinstitucionales para poder ser especificados en aspectos prácticos como la señalización específica para buscar complicidad con los ciudadanos, que inicialmente la han experimentado como una privatización de espacios por el centro.
Ha sido necesario pasar los días, buenas prácticas y buena empatía con los vecinos para normalizar este uso y buscar complicidad.
El distrito facilitó la cooperación de agentes cívicos, que han sido clave para esta normalización, personas fuera del centro y la acción comunitaria, que ayudaron en el traslado de estudiantes al parque, el control del tráfico – demasiado intenso para ser zona educativa – y la pacificación del medio ambiente. Establecer buenos vínculos.
Los agentes cívicos, sin embargo, no tienen continuidad dentro de los proyectos municipales y en la actualidad, ya no tenemos este apoyo y su presencia es esencial. Curiosamente sólo planearon el apoyo de agentes cívicos para el primer trimestre !!!
Por otro lado, era necesario señalizar los espacios exteriores con convivencia con el barrio.
Esta señalización ha sido de dos maneras: vertical, con carteles informativos y, horizontal, con bolardos delimitadores de los espacios, para poder respetar el uso en grupo estable.
La colocación de los bolardos y la retirada diaria, se ha incorporado al horario del equipo educativo. Otro espacio cedido desde el tiempo personal del voluntariado de los maestros para hacerlo posible, esta acción cuando se hizo con los agentes cívicos fue compartida, ahora recae plenamente en los educadores del centro.
Por otro lado, era necesario garantizar la limpieza de los espacios exteriores para uso educativo. Esta ha sido la acción más valorada por el medio ambiente;
Una buena coordinación del distrito y la escuela era necesaria para el control y el seguimiento de la limpieza; brigadas municipales lo mantienen mejor que nunca. La gratitud y el reconocimiento de los ciudadanos a este respecto es importante.
Ahora el espacio al aire libre es más cuidadoso a todas horas. Para los propios ciudadanos y para el entorno educativo específico. Esta es una importante ganancia comunitaria, una acción de mentalidad cívica compartida y la socialización de los espacios al aire libre.
En la Escuela Mercé Rodoreda de Nou Barris, en Barcelona, hemos aprovechado esta oportunidad para sacar a todos de nuestra zona de confort, respetando cada uno de nuestras miradas, preocupaciones y dudas. Sin prisa y sin pausa.
El objetivo ha sido encontrar estrategias para mantener la singularidad de ser una escuela de tiempo completo, 360º, y para seguir respondiendo a un entorno vulnerable, incrementado en el último año como resultado de la pandemia que estamos experimentando.
La acogida más allá del tiempo escolar es esencial. Facilitar la recepción y ofrecer otras oportunidades/actividades a los niños con situaciones vulnerables es una necesidad, así como a los estudiantes cuando debido a la falta descoordinación laboral-educativa, puedan estar solos fuera del horario escolar.
El proyecto “Prosperem Junts”, este curso ha sido redefinido y ampliado: Cuidémonos 24/7. El acompañamiento emocional de toda la comunidad educativa es básico.
Y sin olvidar que la acción es comunidad, que también los adultos sienten, ven y viven el centro como un lugar donde la diversificación de actividades, la transversalidad y diversificación de los profesionales les proporciona seguridad y ofrece respuestas personalizadas. El tejido comunitario ha dado a conocer la diversidad social, pacificando las relaciones y creando redes de colaboración y comunicación que fluyen.
Nuestro entorno no es acogedor ni ofrece espacios ni actividades de reunión comunitaria, por lo que observamos que era necesario abrir el centro como uso comunitario, los 7 días de la semana y todos los días hasta las 20h.
Es un error educar a los niños sin tener en cuenta su entorno y sus adultos cercanos, transformarlo es necesario para invertir en cambios y mejoras y tener los sentidos muy abiertos para detectar deficiencias y ofrecer oportunidades.
En la escuela hemos comenzado a rediseñar el tiempo de la escuela para continuar con el tiempo completo.
Cada grupo dispone de horarios al aire libre para poder educar y jugar, así como la corresponsabilidad del mantenimiento de los espacios al aire libre y su señalización, junto con los agentes sociales del distrito que son el apoyo ciudadano para facilitar la incorporación de los “habitantes de la escuela” más allá del edificio.
Comenzamos la salida pensando en el tiempo recreativo y, poco a poco, se han incorporado actividades educativas, que llamamos “clase”. Es un proceso híbrido que se ha ganado la confianza de usuarios y ciudadanos.
Las entidades que, junto con el proyecto educativo, conforman la singularidad de ser un centro 360º también han podido utilizar estos espacios al aire libre, facilitando así actividades a tiempo completo en pequeños grupos y espacios abiertos. La dificultad la hemos encontrado en el horario, delimitado por el municipio, como espacio educativo, ya que no contempla el amplio horario y después de 15 h, el espacio pasa a ser de uso vecinal. Sin embargo, algunas entidades, para mantener las actividades en pequeño grupo, han coexistido en el parque con la complicidad y aceptación del vecindario. Por lo tanto, este amplio modelo de uso de espacios compartidos no es imposible y está lleno de beneficios.
Los alumnos han podido llevar a cabo aquellas actividades a tiempo completo que, por motivos de salud, pedían más espacios que, para el número de actividades que ofrecemos, no pudimos acomodar dentro de las paredes del centro. La recepción a tiempo completo que vincula el refuerzo educativo con juegos interactivos que requieren más espacio se han hecho en el exterior, así como la participación e interacción de algunas familias que se ha mantenido: cada entidad decide entregar su uso y temporalidad.
La sincronización de espacios/grupos/actividades/horas ha sido una tarea de filigranas y modificaciones constantes, hasta encontrar el punto óptimo para todas las entidades y elementos secundarios.
La mesa de entidades formada por el comité conjunto de profesores-equipo de gestión, integrador social, AMPA, representantes de cada actividad y en coordinación con el distrito, ha sido básica para compartir y cooperar en la búsqueda de las mejores soluciones para que no dejemos en blanco aquellas actividades tan beneficiosas y que muchos niños no tienen acceso fuera del centro educativo como el deporte, las artes escénicas, el esplai diario… Se ha acelerado la coordinación y la comunicación con la mesa y se ha podido buscar acciones compartidas para dar respuesta al proyecto socioeducativo.
Las familias y los vecinos han aprendido a vivir con verdaderos espacios educativos abiertos, a tejer complicidades en beneficio de los niños y adolescentes que han podido mantener sus actividades respetando los aspectos de salud exigidos por la protección de Covid.
Tuvimos que buscar fórmulas para convivir a ciudadanos y estudiantes; los maestros están aprendiendo a confiar en el espacio exterior como un espacio de aprendizaje más allá del uso del espacio como tiempo recreativo. Y los estudiantes han normalizado rápidamente este pequeño gran cambio, siendo un gran beneficio emocional e intelectual.
Los profesores a menudo se sienten cómodos en su área de seguridad dentro de las aulas y paredes del centro, pero el uso de parques y plazas nos está causando un verdadero cambio pedagógico y metodológico, un cambio lento, silencioso pero muy poderoso. Las instituciones educativas necesitan promoverlo, facilitarlo e impulsarlo.
La posibilidad de mantener las escuelas firmemente abiertas al medio ambiente, más allá de programas específicos o políticas únicas, debe ser permanente. No olvidemos nuestras raíces mediterráneas, donde el ágora griega era la plaza pública nexo de los ciudadanos y un punto de encuentro social, político y educativo; el Foro Romano, un punto de encuentro para los ciudadanos y más cercano en tiempos el uso de parques y espacios durante la república, experiencia de escuelas que reunieron el espíritu de la Escola Nova. Optimizar y utilizar espacios comunitarios al aire libre no es una innovación, es recuperar lo que habíamos olvidado, lo obvio, que teníamos delante y no vemos. En las ciudades donde el espacio comunitario abierto es escaso y a menudo poco amortizado, es necesario recuperar la ciudad para los ciudadanos durante amplios horarios y diversificación de usos.
¿Qué necesitamos para hacerlo posible?
- Promover el uso de espacios públicos para usos educativos, no sólo plazas y paseos, sino también innumerables edificios públicos cerrados o con poca afluencia a menudo durante el horario escolar (museos, bibliotecas, etc.)
- Hacer que los parques y plazas sean amigables, espacios limpios y cuidados facilitando la educación al aire libre, donde podamos dibujar de forma natural, potenciar la oralidad que tanta falta hace en los niños que describen el medio ambiente o experimentan con hojas, insectos, la tierra o el placer de leer en un espacio abierto. Las posibilidades son inmensas.
- Entender el espacio exterior no como propiedad y uso exclusivo de la escuela, sino como un espacio comunitario rentable para los diferentes agentes sociales.
- Modificar la praxis educativa diseñada en espacios cerrados a transformar. ¿Por qué sólo tenemos que trabajar en los cambios en la naturaleza en el aula cuando fuera podemos ver el paso de las estaciones? Apadrinemos parques, calles y observamos los cambios, descubrimos y experimentamos con la flora y fauna de nuestro entorno.
- Escribir al aire libre es más inspirador que en un espacio cerrado donde pasamos demasiadas horas, qué mejor experiencia que la pintura natural. El trabajo cooperativo fluye mejor en espacios al aire libre, ya que permite el movimiento y oxigena el pensamiento, estimula las emociones. Las actividades de grupo son más fluidas y positivas.
¿Qué ganamos?
- Espacios al aire libre en los centros más limpios, aunque sería necesario ajardinarlos y proporcionarles una imagen amigable.
- Los ciudadanos han respetado la alternancia de usos y al mismo tiempo han cuidado mucho más los espacios. Se ha reducido la suciedad exterior y el mal uso de los equipos del parque público.
- La alegría de que los niños puedan ir al parque o plaza para realizar cualquier actividad durante el horario escolar. Hay que decir que inicialmente los puntos y las razones de la dispersión por los estímulos eran importantes, pero con la normalidad de uso ha reducido la dispersión y ganado en la interacción y la atención.
- Los estudiantes se sienten corresponsables de los espacios, y ambos fuera del horario escolar también hacen un mejor uso de ellos y, como espejo, los ciudadanos también.
- Reducción de conflictos, durante el tiempo de juego especialmente, ya que el espacio al aire libre facilita otras actividades.
- Redefinir el proyecto educativo, entendiendo la amplitud de lo que significa ser un espacio educativo a tiempo completo.
- Rediseñar estrategias pedagógicas que faciliten el uso y la interacción con lo que encontramos en el parque.
- Flexibilidad de los usos y horarios de estos espacios según las necesidades del grupo, la seguridad de los profesores y las actividades propuestas. Aunque, para hacer cambios debe haber un punto estable y que genere confianza, esto ha sido la alternancia de tiempos recreativos entre el patio de la escuela y el parque o rambleta. Todos los grupos han ido al parque al menos dos veces por semana y han podido familiarizarse con el medio ambiente, vivir sus dificultades y ventajas. Este ha sido el punto fundamental para dar el siguiente paso:
- Comenzar a usar el parque más allá del tiempo recreativo.
- Los alumnos han sido responsables de las actividades a tiempo completo: han propuesto qué se pueda hacer, han descubierto el medio directamente. No siempre podemos ir al campo o al bosque para ver la naturaleza, hay que aprovechar, cuidar y rentabilizar lo poco o mucho que tenemos en las ciudades.
La conclusión es obvia: debemos creer y ver la importancia del entorno cercano como espacios educativos, promover modelos educativos híbridos aprovechando el entorno cercano y, si los centros no tienen un entorno natural, un rediseño de estos espacios sería bueno. Invertir en un modelo abierto y hacer rentables los espacios públicos al aire libre, para que este estudiante que ha crecido y educado en estos espacios haya aprendido a ver e interactuar con el medio ambiente, a ser mejores ciudadanos y sobre todo a un mayor desarrollo cognitivo