DYLE Nº 25

Desafíos y preferencias en la formación pedagógica: el practicum en el contexto del modelo proyect 21 de ISIMA universidad
Yonar Del Sol Ávila
Doctor en Educación. Posdoctorado en Investigación Educativa. Rector de ISIMA Universidad Toluca de Lerda.México
INTRODUCCIÓN
En el campo de la Pedagogía, existe un debate persistente sobre la relevancia de la teoría y la práctica en la formación de futuros docentes. Los programas de formación en pedagogía incluyen componentes teóricos y prácticos, pero los estudiantes a menudo encuentran una desconexión entre lo aprendido en el aula y las habilidades requeridas en entornos educativos reales. Esta discrepancia plantea una pregunta central: ¿Qué es más importante para los estudiantes de Pedagogía: la teoría o la práctica? El equilibrio entre teoría y práctica en la educación de futuros pedagogos influye directamente en su efectividad como docentes. La teoría proporciona el fundamento sobre el cual se construyen las metodologías de enseñanza y se comprende el desarrollo infantil y los procesos de aprendizaje. La práctica, por otro lado, permite que los estudiantes apliquen conocimientos y técnicas en situaciones reales, adaptándose a las necesidades de los alumnos y desarrollando habilidades de comunicación, liderazgo y gestión de aula.
En el contexto actual, en el que se busca mejorar la calidad de la educación y aumentar el impacto de los docentes, resulta crucial comprender qué aspectos priorizan los estudiantes en su formación y cómo perciben el rol de la teoría frente a la práctica. Este conocimiento puede ayudar a las instituciones educativas a diseñar programas de estudio que integren de manera efectiva ambos componentes, optimizando así la preparación de futuros docentes. Analizar las percepciones de los estudiantes de Pedagogía sobre la importancia relativa de la teoría y la práctica en su formación docente, así como explorar los desafíos y beneficios que cada componente aporta a su preparación profesional. Para ello, se formularon las siguientes preguntas de investigación: 1 ¿Cuál es la percepción de los estudiantes de Pedagogía sobre la importancia de la teoría en su formación?; 2 ¿Cómo valoran los estudiantes de Pedagogía la práctica en comparación con la teoría?; 3 ¿Cuáles son los principales beneficios y limitaciones que los estudiantes identifican en el aprendizaje teórico y práctico? 4 ¿Qué proporción ideal de teoría y práctica consideran necesaria los estudiantes para una formación pedagógica eficaz?
DESARROLLO
De acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, la palabra prácticum proviene del latín y se compone de dos vocablos: el verbo “practicare”, que significa “hacer algo en la práctica”, “ejecutar” o “realizar”, y el sufijo “um”, que denota un sustantivo que hace referencia a una acción o actividad concreta. Por tanto, prácticum etimológicamente se puede interpretar como “lo que se realiza en la práctica” o “lo que se hace” en un contexto específico de acción o ejercicio. En el ámbito académico y educativo, el término “prácticum” hace referencia a un periodo de formación práctica, donde los estudiantes aplican los conocimientos teóricos adquiridos en situaciones reales, especialmente en campos como la pedagogía, la medicina, la psicología y otras disciplinas.
Desde la perspectiva de la filosofía griega, el concepto de prácticum puede ser interpretado a través de la distinción entre teoría y praxis, conceptos centrales en la tradición filosófica de pensadores como Aristóteles y Platón. En este contexto, la “praxis” hace referencia a la acción o actividad humana orientada a un fin específico, contrastando con “teoría”, que alude a la contemplación, el conocimiento abstracto y especulativo. Aristóteles, en su obra Ética a Nicómaco, define la “praxis” como una forma de actividad que tiene como fin el bien moral o la virtud. Para él, la praxis no se reduce a la mera ejecución de tareas, sino que es una acción reflexiva y consciente que busca el bien supremo, entendiendo que la acción humana debe estar guiada por la razón y la ética. En este sentido, el prácticum se aproximaría a la noción de praxis aristotélica, ya que implica la aplicación práctica de un conocimiento, no solo como un ejercicio técnico, sino como una acción moral y ética que requiere deliberación y reflexión. Platón, por su parte, también discutió la relación entre teoría y praxis, especialmente en el contexto de su obra “La República”, donde plantea que la verdadera sabiduría (theoria) debe llevar a la acción justa (praxis). La educación, en su visión, no consiste solo en el conocimiento teórico, sino en la capacidad de aplicar ese conocimiento en la vida diaria para lograr el bienestar común y la justicia. En este sentido, el prácticum sería un espacio donde el saber teórico se traduce en la acción práctica con un propósito moral y social. Por lo tanto, desde la filosofía griega, el “prácticum” puede entenderse como un proceso en el que la teoría se pone en práctica con la finalidad de alcanzar un fin ético o virtuoso, ya sea en el ámbito educativo o en cualquier otra disciplina. La praxis, en este sentido, no es solo una acción instrumental, sino un acto reflexivo que debe estar guiado por la razón y el conocimiento, contribuyendo al desarrollo moral y profesional del individuo.
Desde esta perspectiva podemos decir que el estudio sobre la importancia relativa de la teoría y la práctica en la formación de estudiantes de Pedagogía se basa en un largo debate entre educadores, investigadores y responsables de la política educativa. A lo largo del tiempo, se ha investigado cómo ambos elementos contribuyen al desarrollo de competencias pedagógicas y profesionales en futuros docentes. La teoría educativa ha sido tradicionalmente vista como el pilar fundamental para entender los principios del aprendizaje y el desarrollo infantil, así como para conocer las corrientes pedagógicas y las metodologías de enseñanza (Shulman, 1987). Investigadores como Dewey (1916) y Piaget (1950) subrayan que el conocimiento teórico permite a los docentes comprender los procesos cognitivos y sociales involucrados en el aprendizaje, lo cual es esencial para construir una práctica docente fundamentada. Según estos enfoques, la teoría proporciona el contexto, el lenguaje y los conceptos necesarios para identificar y analizar las problemáticas educativas.
Más recientemente, algunos estudios indican que los estudiantes que reciben una formación teórica sólida son más propensos a aplicar prácticas pedagógicas reflexivas y críticas (Darling-Hammond, 2006). En su obra, Darling-Hammond enfatiza que los docentes con una sólida base teórica son capaces de tomar decisiones pedagógicas informadas y adaptarse mejor a los cambios en los sistemas educativos. Sin embargo, existe la crítica de que una educación excesivamente teórica puede resultar abstracta para los estudiantes de Pedagogía, quienes pueden tener dificultades para ver cómo estos conceptos se trasladan al aula (Ball & Cohen, 1999).
La práctica docente es otro componente clave en los programas de formación. Varios estudios destacan la importancia de que los estudiantes tengan experiencias prácticas que les permitan aplicar la teoría en contextos reales (Zeichner & Liston, 1996). La práctica, en este sentido, no solo se refiere a la interacción directa con los alumnos, sino también al manejo del aula, la adaptación de metodologías, y el desarrollo de habilidades de comunicación y resolución de conflictos. Los estudios de Korthagen y Kessels (1999) exploran cómo la práctica se convierte en un medio esencial para integrar el conocimiento teórico, desarrollando lo que los autores denominan “práctica reflexiva”, es decir, la habilidad de analizar y adaptar las intervenciones pedagógicas basadas en la observación de los resultados en tiempo real. Este enfoque sugiere que los estudiantes de Pedagogía que participan en prácticas supervisadas tienen una mayor confianza y adaptabilidad cuando comienzan su carrera profesional (Hammerness et al., 2005).
Ante la polarización entre teoría y práctica, algunos enfoques han propuesto modelos de integración que buscan combinar ambos elementos de forma equilibrada. El modelo de “aprendizaje situado”, propuesto por Lave y Wenger (1991), sugiere que el aprendizaje es más efectivo cuando se realiza en contextos reales, lo que permite a los estudiantes construir conocimiento de manera contextualizada. Este enfoque es relevante para la Pedagogía, ya que propone que los futuros docentes no solo necesitan teoría, sino también oportunidades para experimentar y reflexionar sobre la práctica en escenarios de aprendizaje auténticos. El trabajo de Grossman et al. (2009) plantea otro modelo de integración, proponiendo una “práctica pedagógica deliberada” en la que los estudiantes puedan aplicar la teoría en la práctica mediante ejercicios controlados y repetitivos, antes de enfrentarse a contextos reales de enseñanza. Este enfoque busca minimizar la brecha entre teoría y práctica, permitiendo que los estudiantes desarrollen confianza y pericia en ambas áreas.
En cuanto a las opiniones de los propios estudiantes de Pedagogía, varias investigaciones recientes han revelado una tendencia hacia la preferencia por la práctica. Estudios como el de Flores (2012) y Yuan & Lee (2015) señalan que los estudiantes de Pedagogía consideran que la práctica les aporta un aprendizaje más tangible y significativo en comparación con la teoría. Sin embargo, también reconocen la necesidad de una base teórica para tomar decisiones pedagógicas informadas. En este sentido, los estudiantes valoran la teoría, pero consideran que su aprendizaje se enriquece cuando tienen la oportunidad de aplicarla. Existen diversos desafíos en la implementación de un equilibrio adecuado entre teoría y práctica. Uno de los obstáculos principales es la falta de coordinación entre las instituciones educativas y los centros de práctica, lo que puede resultar en experiencias prácticas que no siempre reflejan los objetivos teóricos del programa de estudios (Allen, 2011). Asimismo, algunos investigadores señalan que la falta de recursos y de supervisión en los entornos de práctica puede limitar el impacto de esta formación en los estudiantes (Levine, 2006). En resumen, el debate entre teoría y práctica en la formación de estudiantes de Pedagogía sigue siendo un tema relevante y complejo. La investigación actual sugiere que ambos elementos son necesarios y complementarios, y que los programas de formación deben buscar un modelo que permita a los estudiantes integrar conocimientos teóricos en contextos de aplicación real. Este enfoque podría ayudar a reducir la desconexión entre lo aprendido en el aula y las demandas de la enseñanza en el mundo real, fortaleciendo así la preparación de los futuros docentes.
Estado de la cuestión sobre la relación teoría-práctica en la formación pedagógica refleja que la relación entre teoría y práctica es un tema central en la formación de docentes y pedagogos, considerado fundamental para lograr una preparación integral que vincule el conocimiento teórico con el ejercicio práctico en el aula. Diversos estudios han abordado este tema, explorando cómo la interdependencia entre estos elementos puede enriquecer el proceso de enseñanza-aprendizaje y preparar mejor a los futuros educadores. Gómez (1982) plantea que la relación teoría-práctica en la formación docente debe orientarse a desarrollar una estructura cognitiva que permita a los educadores un comportamiento educativo adecuado en contextos reales. La teoría en este contexto se valida mediante su aplicación práctica, la cual permite verificar su efectividad y relevancia para la formación. Años más tarde, Cascardo et al. (2024) destacan la necesidad de integrar teoría y práctica de manera equilibrada en la formación pedagógica. Este equilibrio es visto como un componente esencial para fortalecer la capacidad reflexiva y crítica de los futuros educadores, quienes, al contar con una sólida base teórica y experiencias prácticas significativas, pueden desempeñarse de manera más efectiva y transformadora en el aula.
El prácticum, como espacio de formación práctica supervisada, es también considerado un ámbito esencial para consolidar esta relación. Loera y Onrubia (2019) investigan las percepciones de los estudiantes de magisterio en este contexto y resaltan que la eficacia del prácticum depende en gran medida de una adecuada tutoría y retroalimentación, factores que facilitan la vinculación entre los conocimientos teóricos y la práctica. Desde una perspectiva filosófica, Reyes Chávez (2021) argumenta que la pedagogía debería entenderse desde una dialéctica entre teoría y praxis, donde ambas categorías se potencian mutuamente. La teoría es vista como una herramienta para reflexionar de manera histórica y crítica sobre la educación, evitando una adaptación automática a las imposiciones externas y promoviendo, en cambio, una praxis transformadora y reflexiva. Asimismo, Sánchez-Sánchez (2016) observa que una proporción significativa de los estudiantes de pedagogía percibe la teoría y la práctica como realidades opuestas, lo que señala una desconexión que la formación docente debería abordar a través de la creación de dispositivos y espacios de aprendizaje que ayuden a reconciliar estos elementos. Finalmente, Tenganan (2020) resalta que la práctica pedagógica debe ser un espacio de reflexión individual en el que cada docente pueda adaptar y enriquecer su labor, no solo con base en conocimientos teóricos, sino también mediante la observación y análisis de las realidades de sus estudiantes, favoreciendo así un crecimiento personal y profesional. En su conjunto, estos estudios sugieren que una formación pedagógica integral debe trascender la simple transmisión de conocimientos teóricos o la realización de actividades prácticas aisladas. En su lugar, debe fomentar una interacción constante entre teoría y práctica, promoviendo una comprensión crítica y adaptativa que prepare a los futuros educadores para enfrentar los desafíos del aula de manera efectiva y reflexiva.
El presente trabajo tuvo un diseño de investigación basado en el paradigma cuantitativo y del tipo correlacional explicativo basado en el uso de la técnica estadística de correlación y regresión lineal para llevar a cabo la prueba de hipótesis. Como objetivo se tuvo examinar la relación entre los estilos de aprendizaje (según el modelo de Kolb) y la percepción de los estudiantes sobre la importancia del aprendizaje teórico y práctico en la carrera de Pedagogía, con la finalidad de determinar si el estilo de aprendizaje de los estudiantes influye significativamente en su valoración del aprendizaje teórico y práctico. Como variable independiente (predictora) se eligió el estilo de aprendizaje predominante. Según el modelo de Kolb, los estilos de aprendizaje se dividen en: activo (aprende mejor con experiencias directas y actividades prácticas); reflexivo (aprende mejor observando y reflexionando); teórico (aprende mejor a través de conceptos, modelos y teorías estructuradas); pragmático (aprende mejor aplicando teorías a situaciones prácticas). Esta variable fue medida de forma nominal (categorías), y transformada a escala numérica para el análisis.
En respuesta a la pregunta de investigación se formuló una hipótesis general: el estilo de aprendizaje de los estudiantes influye significativamente en su percepción sobre la importancia del aprendizaje teórico y práctico. De igual manera, se formularon hipótesis específicas como a continuación se indica hipótesis 1 (Estilo de aprendizaje sobre percepción del aprendizaje teórico en la profesión): el estilo de aprendizaje predominante de los estudiantes tiene un impacto significativo en su percepción sobre la importancia del aprendizaje teórico; hipótesis 2 (Estilo de aprendizaje sobre percepción del aprendizaje práctico en la profesión): el estilo de aprendizaje predominante de los estudiantes tiene un impacto significativo en su percepción sobre la importancia del aprendizaje práctico.
Como método de recolección de datos se diseñó una encuesta estructurada con preguntas cerradas y basada en una escala de Likert para medir las percepciones sobre la importancia del aprendizaje teórico y práctico. La muestra del tipo probabilística y estratificada y correspondió a un total del 20% de una población de 865 estudiantes de la licenciatura en Pedagogía y fue elegida de forma aleatoria. Para el análisis de datos se empleó técnicas estadísticas descriptivas (frecuencias, porcentajes, medias y desviaciones estándar) para las variables; regresiones lineales para evaluar el impacto del estilo de aprendizaje sobre las percepciones sobre el aprendizaje teórico y práctico, con la finalidad de llevar a cabo el procedimiento de prueba de hipótesis.
RESULTADOS
Tabla 01. Resultados estilos de aprendizaje predominante
Estilo de aprendizaje | Porcentaje |
a) Activo (aprendo mejor con actividades y experiencias directas) | 68.27 |
d) Pragmático (aprendo mejor al aplicar ideas en situaciones prácticas) | 15.05 |
b) Reflexivo (aprendo mejor observando y reflexionando) | 12.36 |
c) Teórico (aprendo mejor mediante modelos y teorías estructuradas) | 4.30 |
El análisis estadístico muestra que la mayoría de los participantes (68.28%) prefieren un estilo de aprendizaje activo, centrado en la experiencia directa y la participación práctica. Un 15.05% se inclina por el estilo pragmático, aplicando teorías en situaciones prácticas. Los estilos, reflexivo (12.37%) y teórico (4.30%) son menos comunes, con los primeros prefiriendo la observación y reflexión, y los segundos el aprendizaje basado en modelos y teorías estructuradas. En general, la tendencia sugiere que las metodologías activas y participativas son las más efectivas, aunque también es importante incluir enfoques que aborden los estilos reflexivo y teórico.
Tabla 02. Resultados preferencia del contenido educativo
Preferencia de contenido | Porcentaje |
b) Una combinación equilibrada de teoría y práctica | 65.05 |
c) Principalmente mediante actividades prácticas | 31.72 |
a) Principalmente a través de lecturas y teoría | 3.22 |
Los resultados indican que la mayoría de los participantes (65.05%) prefieren una combinación equilibrada de teoría y práctica en su aprendizaje, lo que sugiere que valoran tanto la comprensión conceptual como la aplicación práctica de los contenidos. Un 31.72% se inclina por un enfoque más práctico, destacando la importancia de aprender principalmente a través de actividades y experiencias directas. Solo un pequeño porcentaje (3.23%) prefiere centrarse principalmente en lecturas y teorías, lo que indica que los enfoques educativos basados en la acción y la interacción son los más demandados. Estos resultados sugieren que las metodologías de enseñanza que integren tanto teoría como práctica serán las más efectivas para la mayoría de los estudiantes.
Tabla 03. Resultados motivación en clases teóricas
Motivación en clases teóricas | Porcentaje |
b) Moderadamente motivado/a | 53.22 |
c) Poco motivado/a | 30.10 |
a) Muy motivado/a | 12.36 |
d) Nada motivado/a | 4.30 |
Los resultados muestran que la mayoría de los participantes (53.23%) se sienten moderadamente motivados en las clases teóricas, lo que indica un nivel de interés y compromiso moderado hacia este tipo de actividades. Un 30.11% se sienten poco motivados, lo que sugiere que una proporción significativa de estudiantes encuentra las clases teóricas menos atractivas o estimulantes. Solo un 12.37% se siente muy motivado, lo que refleja que, aunque algunos estudiantes disfrutan de este enfoque, no es la mayoría. Finalmente, un 4.30% se siente nada motivado, lo que resalta una pequeña pero notable insatisfacción con las clases teóricas. Estos datos sugieren que, para mejorar la motivación en este tipo de clases, sería beneficioso incorporar métodos más dinámicos y participativos que fomenten un mayor interés.
Tabla 04. Resultados motivación en clases prácticas
Motivación en clases prácticas | Porcentaje |
a) Muy motivado/a | 65.05 |
b) Moderadamente motivado/a | 31.72 |
c) Poco motivado/a | 2.68 |
d) Nada motivado/a | 0.53 |
Los resultados revelan que la mayoría de los participantes (65.05%) se sienten muy motivados en las clases prácticas, lo que indica un alto nivel de interés y compromiso con este tipo de actividades, posiblemente debido a su enfoque dinámico y participativo. Un 31.72% se muestra moderadamente motivado, lo que sugiere que, aunque disfrutan de las clases prácticas, su motivación podría no ser tan fuerte como la del grupo anterior. Solo un pequeño porcentaje (2.69%) se siente poco motivado y un 0.54% se muestra nada motivado, lo que refleja una mínima insatisfacción con este formato. En conjunto, estos resultados destacan que las clases prácticas generan una motivación significativamente mayor en los estudiantes que las clases teóricas, sugiriendo que los enfoques activos y experienciales son mucho más efectivos para mantener el interés y el compromiso de los participantes.
Tabla 05. Resultados de la preferencia por el aprendizaje teórico
Preferencia por el aprendizaje teórico (1-5) | Porcentaje |
3 | 40.86 |
2 | 28.49 |
4 | 19.35 |
1 | 5.91 |
5 | 5.37 |
Los resultados muestran que la mayoría de los participantes tiene una preferencia moderada por el aprendizaje teórico, con un 40.86% puntuando con un 3 en una escala del 1 al 5, lo que indica una actitud neutral o equilibrada hacia este enfoque. Un 28.49% califica con un 2, sugiriendo una ligera preferencia en contra de la teoría, mientras que un 19.35% opta por un 4, lo que indica una apreciación algo mayor por el aprendizaje teórico. Solo un pequeño porcentaje (5.91%) califica con un 1, mostrando poca inclinación hacia este estilo de aprendizaje, y un 5.38% da una puntuación máxima de 5, indicando una fuerte preferencia por la teoría. En general, los resultados reflejan una preferencia generalizada por enfoques más equilibrados, con una ligera inclinación en contra del aprendizaje teórico puro, lo que sugiere que los estudiantes pueden valorar más los métodos de enseñanza que integran tanto la teoría como la práctica.
Tabla 06. Resultados de la preferencia por el aprendizaje práctico (1-5)
Porcentaje | |
5 | 57.52 |
4 | 29.03 |
3 | 11.82 |
2 | 1.61 |
Los resultados muestran una fuerte preferencia por el aprendizaje práctico entre los participantes, con un 57.53% otorgando la puntuación más alta (5), lo que indica un interés notable por este enfoque de aprendizaje basado en la acción y la experiencia directa. Un 29.03% califica con un 4, lo que sugiere una preferencia considerable, aunque algo menos intensa. Un 11.83% da una puntuación de 3, lo que refleja una actitud neutral o equilibrada hacia el aprendizaje práctico. Solo un 1.61% califica con un 2, lo que indica una ligera inclinación en contra de este tipo de aprendizaje. En general, los resultados destacan que la mayoría de los estudiantes prefieren métodos prácticos, sugiriendo que las experiencias de aprendizaje activo y participativo son las más valoradas y efectivas para este grupo.
Tabla 07. Resultados tipo de actividades de aprendizaje
Porcentaje | |
c) Ejercicios de aplicación práctica | 70.43 |
b) Actividades grupales y debates | 16.66 |
d) Investigación de teorías y modelos | 6.45 |
a) Lecturas y análisis de textos | 6.45 |
Los resultados muestran que la mayoría de los participantes (70.43%) prefieren actividades de aprendizaje centradas en ejercicios de aplicación práctica, lo que sugiere que valoran principalmente las experiencias que les permitan aplicar de manera directa los conocimientos adquiridos. Un 16.67% prefiere actividades grupales y debates, indicando que también aprecian la interacción con otros y la discusión de ideas como parte de su proceso de aprendizaje. Por otro lado, solo un pequeño porcentaje se inclina hacia actividades más teóricas, como la investigación de teorías y modelos (6.45%) y las lecturas y análisis de textos (6.45%), lo que refleja una menor preferencia por enfoques puramente académicos o reflexivos. En general, los resultados apuntan a que los estudiantes valoran más las actividades prácticas y participativas, destacando una tendencia hacia el aprendizaje experiencial y colaborativo.
Tabla 08. Resultados importancia de la teoría en vida profesional
Importancia de la teoría en vida profesional | Porcentaje |
b) De acuerdo | 66.12 |
a) Totalmente de acuerdo | 30.10 |
c) En desacuerdo | 2.68 |
d) Totalmente en desacuerdo | 1.07 |
Los resultados indican que una gran mayoría de los participantes reconoce la importancia de la teoría en su vida profesional, con un 66.13% respondiendo de acuerdo y un 30.11% totalmente de acuerdo, lo que sugiere que consideran que los conocimientos teóricos son fundamentales para el ejercicio de su carrera. Solo un pequeño porcentaje (2.69%) está en desacuerdo con esta afirmación, y un 1.08% está totalmente en desacuerdo, lo que refleja que la mayoría valora la teoría como un componente esencial en su desarrollo profesional. En conjunto, estos resultados muestran una visión positiva y reconocida de la teoría, lo que sugiere que, a pesar de una preferencia general por la práctica, los estudiantes aún ven la teoría como un pilar importante para comprender y aplicar conocimientos en el ámbito profesional.
Tabla 09. Resultados de la importancia de la práctica en vida profesional
Importancia de la práctica en vida profesional | Porcentaje |
a) Totalmente de acuerdo | 67.74 |
b) De acuerdo | 31.18 |
d) Totalmente en desacuerdo | 1.07 |
Los resultados revelan que una gran mayoría de los participantes considera que la práctica es fundamental en su vida profesional, con un 67.74% totalmente de acuerdo y un 31.18% de acuerdo, lo que indica una fuerte apreciación por la aplicación práctica de los conocimientos en el ámbito laboral. Solo un 1.08% se muestra totalmente en desacuerdo, lo que sugiere que prácticamente todos los encuestados reconocen la importancia de la experiencia práctica en su desarrollo profesional. Estos resultados destacan que los estudiantes valoran considerablemente las oportunidades de aprendizaje práctico y su relevancia directa para el desempeño profesional, subrayando la importancia de integrar la práctica en la formación académica.
Tabla 10. Resultados del nivel educativo del tutor
Nivel educativo del tutor | Porcentaje |
Secundaria | 41.39 |
Licenciatura | 15.05 |
Bachillerato | 14.51 |
Profesional Técnico | 11.29 |
Primaria | 11.29 |
Técnico Superior Universitario | 3.22 |
Maestría | 1.07 |
Doctorado | 1.07 |
Preescolar | 1.07 |
Los resultados muestran que la mayoría de los tutores tienen un nivel educativo de secundaria (41.40%), lo que sugiere que un alto porcentaje de los tutores tienen una formación básica, aunque este dato puede indicar que el rol de tutor en el contexto analizado no necesariamente requiere estudios superiores. Un 15.05% de los tutores posee licenciatura, mientras que un 14.52% tiene bachillerato, lo que refleja una distribución de tutores con estudios de nivel medio superior o superior. También hay un 11.29% con formación en profesional técnico y un 11.29% con primaria, lo que resalta una diversidad significativa en los niveles educativos. Los tutores con estudios superiores, como técnico superior universitario (3.23%), maestría (1.08%) y doctorado (1.08%), son una minoría, lo que sugiere que la mayoría de los tutores no cuentan con una formación académica avanzada. Este panorama resalta una gran heterogeneidad en el nivel educativo de los tutores, lo que podría influir en el tipo de apoyo y las metodologías utilizadas en el proceso de tutoría.
Para el análisis de correlación de variables se utilizó el coeficiente de Pearson para medir la relación entre el “Estilo de aprendizaje” y la “Motivación en clases teóricas” y “Motivación en clases prácticas”. Dado que ambas variables son ordinales, fueron codificadas numéricamente mediante Label Encoding. El uso de Pearson en la presente investigación permitió identificar la existencia de una relación lineal entre estas variables, aunque los resultados sugieren que dicha relación es insignificante.
A continuación, se presenta la tabla de correlación para incluir en un artículo científico.
Tabla 1: Correlación entre Estilo de Aprendizaje y Motivación en Clases
Variables | Motivación en Clases Teóricas | Motivación en Clases Prácticas |
Estilo de Aprendizaje | -0.023 | 0.055 |
Tablas de Contingencia y Análisis Chi-cuadrado
A continuación, se presentan las tablas de contingencia para la relación entre el “Estilo de aprendizaje” y la “Motivación en clases teóricas” y “Motivación en clases prácticas”, junto con el valor de Chi-cuadrado y su respectivo valor p.
Tabla 1: Estilo de Aprendizaje y Motivación en Clases Teóricas
Estilo de aprendizaje | Muy motivado/a | Moderadamente motivado/a | Poco motivado/a | Nada motivado/a |
Activo | 9 | 73 | 40 | 5 |
Reflexivo | 7 | 11 | 4 | 1 |
Teórico | 4 | 3 | 1 | 0 |
Pragmático | 3 | 12 | 11 | 2 |
Chi-cuadrado: 23.49
Valor p: 0.0052
Los resultados muestran que el estilo activo es el que genera más motivación entre los estudiantes, con una mayoría moderadamente motivada y una proporción significativa muy motivada. El estilo reflexivo también obtiene niveles de motivación relativamente altos, aunque con una mayor concentración en la motivación moderada. El estilo teórico es el menos efectivo en términos de motivación, con pocos estudiantes reportando altos niveles de motivación, lo que sugiere que los enfoques teóricos abstractos no son tan atractivos para la mayoría. El estilo pragmático presenta una motivación más equilibrada, con una dispersión notable entre los diferentes niveles de motivación. En conjunto, estos resultados indican que los estudiantes se sienten más motivados por métodos de aprendizaje activos y prácticos, mientras que los enfoques exclusivamente teóricos tienden a ser menos efectivos para generar compromiso y motivación en el aula.
Tabla 2: Estilo de Aprendizaje y Motivación en Clases Prácticas
Estilo de aprendizaje | Muy motivado/a | Moderadamente motivado/a | Poco motivado/a | Nada motivado/a |
Activo | 89 | 37 | 1 | 0 |
Reflexivo | 9 | 9 | 4 | 1 |
Teórico | 3 | 5 | 0 | 0 |
Pragmático | 20 | 8 | 0 | 0 |
Chi-cuadrado: 35.38
Valor p: 0.00005
La tabla de contingencia revela que el estilo activo es el que genera una mayor motivación entre los estudiantes, con una abrumadora mayoría muy motivada (89) y solo una pequeña fracción moderadamente motivada (37), lo que indica que este estilo de aprendizaje, centrado en la participación directa, es altamente estimulante para los estudiantes. El estilo reflexivo muestra una motivación más dispersa, con pocos estudiantes muy motivados (9) y algunos moderadamente motivados (9), aunque también hay una pequeña cantidad poco motivada (4) y una nada motivada (1). El estilo teórico genera niveles bajos de motivación, con solo 3 estudiantes muy motivados y 5 moderadamente motivados, lo que sugiere que este estilo, que se enfoca en la teoría y conceptos abstractos, no es tan atractivo para la mayoría de los estudiantes. El estilo pragmático presenta una motivación positiva, con 20 estudiantes muy motivados y 8 moderadamente motivados, indicando que la aplicación práctica de los conocimientos también resulta ser bastante efectiva, aunque no tan potente como el estilo activo. En general, los resultados subrayan que los estudiantes se sienten más motivados por enfoques de aprendizaje activos y prácticos, mientras que el aprendizaje teórico tiene una menor capacidad de generar motivación.
Interpretación
Ambos análisis muestran un valor de Chi-cuadrado significativo (p < 0.05), lo que indica que existe una relación significativa entre el “Estilo de aprendizaje” y la “Motivación en clases teóricas” y “Motivación en clases prácticas”. En particular, el estilo de aprendizaje parece influir en la motivación de los estudiantes en ambos tipos de clases, aunque la motivación práctica presenta una relación más fuerte (menor valor p).
Tablas de Contingencia y Análisis Chi-cuadrado
A continuación se presentan las tablas de contingencia para la relación entre el “Estilo de aprendizaje” y la “Importancia de la teoría en la vida profesional” y “Importancia de la práctica en la vida profesional”, junto con el valor de Chi-cuadrado y su respectivo valor p.
Tabla 1: Estilo de Aprendizaje y Importancia de la Teoría en la Vida Profesional
Estilo de aprendizaje | Totalmente de acuerdo | De acuerdo | En desacuerdo | Totalmente en desacuerdo |
Activo | 36 | 86 | 4 | 1 |
Reflexivo | 10 | 13 | 0 | 0 |
Teórico | 4 | 4 | 0 | 0 |
Pragmático | 6 | 20 | 1 | 1 |
Chi-cuadrado: 7.12
Valor p: 0.625
Tabla 2: Estilo de Aprendizaje y Importancia de la Práctica en la Vida Profesional
Estilo de aprendizaje | Totalmente de acuerdo | De acuerdo | Totalmente en desacuerdo |
Activo | 84 | 42 | 1 |
Reflexivo | 18 | 5 | 0 |
Teórico | 3 | 5 | 0 |
Pragmático | 21 | 6 | 1 |
Chi-cuadrado: 7.95
Valor p: 0.242
Interpretación
Ambos valores de Chi-cuadrado muestran una relación no significativa (p > 0.05) entre el “Estilo de aprendizaje” y la “Importancia de la teoría” o la “Importancia de la práctica” en la vida profesional. Esto indica que el estilo de aprendizaje de los estudiantes no está significativamente asociado con su percepción de la importancia de la teoría o la práctica en su futuro profesional. En consecuencia, otros factores, como el contexto profesional o el tipo de carrera, podrían influir más en estas percepciones.
Para plantear una regresión logística en este contexto, podemos utilizar las respuestas de la pregunta 8 (“Preferencia por el aprendizaje teórico”) y pregunta 9 (“Preferencia por el aprendizaje práctico”) para verificar si existe una relación inversa entre la preferencia por el aprendizaje práctico y el interés por el aprendizaje teórico. Además, podríamos incluir el cuatrimestre como una variable para analizar la evolución de estas preferencias a lo largo del tiempo.
Resultados de la Regresión Logística
La regresión logística entre la preferencia por el aprendizaje práctico y la preferencia alta por el aprendizaje teórico, considerando también el cuatrimestre como variable adicional, muestra los siguientes resultados:
Variables | Coeficiente | Error estándar | Valor z | p-valor | Intervalo de Confianza 95% |
Constante | -0.4048 | 0.9922 | -0.41 | 0.6833 | [-2.3495, 1.5399] |
Preferencia práctica | -0.1699 | 0.2171 | -0.78 | 0.4339 | [-0.5954, 0.2556] |
Cuatrimestre | 0.0160 | 0.0813 | 0.20 | 0.8443 | [-0.1433, 0.1752] |
Interpretación
o Coeficiente de Preferencia Práctica: El coeficiente negativo (-0.1699) indica una ligera tendencia a que, a mayor preferencia por el aprendizaje práctico, disminuya la probabilidad de preferir el aprendizaje teórico. Sin embargo, el valor p (0.4339) muestra que esta relación no es estadísticamente significativa.
o Coeficiente del Cuatrimestre: El coeficiente cercano a cero (0.0160) sugiere que el avance en los cuatrimestres no tiene una relación significativa con la preferencia alta por el aprendizaje teórico. El valor p alto (0.8443) también indica falta de significancia.
o Pseudo R-cuadrado: El valor bajo (0.003) sugiere que el modelo no explica adecuadamente la variabilidad de la preferencia alta por el aprendizaje teórico en función de la preferencia práctica y el cuatrimestre.
Estos resultados indican que ni la preferencia por el aprendizaje práctico ni el avance en cuatrimestres tienen un efecto significativo en la preferencia alta por el aprendizaje teórico. Esto sugiere que otros factores podrían ser más determinantes en la preferencia teórica de los estudiantes, y estos factores podrían investigarse en futuros análisis.
Para analizar la relación entre el nivel de estudios de los padres y las preferencias por el aprendizaje teórico y práctico, podemos utilizar una tabla de contingencia y realizar un análisis Chi-cuadrado. La hipótesis planteada es que los estudiantes cuyos padres tienen menor nivel de estudios tienden a preferir el aprendizaje práctico sobre el teórico.
Paso a Paso para el Análisis
1. Variables a Analizar:
o Nivel de estudios de los padres: Se clasifica en niveles (primaria, secundaria, etc.).
o Preferencia por el aprendizaje teórico (Pregunta 8) y Preferencia por el aprendizaje práctico (Pregunta 9): Analizadas en función de nivel de preferencia (alta o baja).
2 .Análisis Estadístico:
o Tablas de contingencia: Para observar la distribución de preferencias en función del nivel educativo de los padres.
o Prueba de Chi-cuadrado: Para evaluar si existe una relación estadísticamente significativa entre el nivel de estudios de los padres y la preferencia por el aprendizaje práctico o teórico.
Voy a preparar estos análisis y mostrar los resultados.
Tablas de Contingencia y Análisis Chi-cuadrado
Tabla 1: Nivel Educativo del Tutor y Preferencia Alta por el Aprendizaje Teórico
Nivel educativo del tutor | Baja preferencia | Alta preferencia |
---|---|---|
Bachillerato | 21 | 6 |
Doctorado | 1 | 1 |
Licenciatura | 21 | 7 |
Maestría | 2 | 0 |
Preescolar | 1 | 1 |
Primaria | 16 | 5 |
Profesional Técnico | 15 | 6 |
Secundaria | 57 | 20 |
Técnico Superior Universitario | 6 | 0 |
Chi-cuadrado: 4.33
Valor p: 0.826
Tabla 2: Nivel Educativo del Tutor y Preferencia Alta por el Aprendizaje Práctico
Nivel educativo del tutor | Baja preferencia | Alta preferencia |
Bachillerato | 3 | 24 |
Doctorado | 0 | 2 |
Licenciatura | 4 | 24 |
Maestría | 0 | 2 |
Preescolar | 2 | 0 |
Primaria | 4 | 17 |
Profesional Técnico | 3 | 18 |
Secundaria | 9 | 68 |
Técnico Superior Universitario | 0 | 6 |
Chi-cuadrado: 15.36
Valor p: 0.053
Interpretación
1. Preferencia por el Aprendizaje Teórico: La prueba de Chi-cuadrado no muestra una relación significativa (p = 0.826) entre el nivel educativo del tutor y la preferencia por el aprendizaje teórico. Esto sugiere que la educación de los padres no influye considerablemente en el interés de los estudiantes por el aprendizaje teórico.
2. Preferencia por el Aprendizaje Práctico: El análisis Chi-cuadrado para la preferencia por el aprendizaje práctico tiene un valor p cercano a la significancia estadística (p = 0.053), lo que indica una posible tendencia. Los estudiantes cuyos padres tienen menor nivel de estudios (especialmente secundaria y primaria) parecen mostrar una inclinación ligeramente mayor hacia el aprendizaje práctico, lo que podría estar en línea con la hipótesis planteada.
Estos resultados sugieren que podría haber una relación leve entre el nivel educativo de los padres y la preferencia de los estudiantes por el aprendizaje práctico.
Conclusiones
Los resultados descritos anteriormente pueden hacer una valiosa contribución al conocimiento científico en el ámbito de la investigación sobre el prácticum y el vínculo entre teoría y práctica, al proporcionar evidencia empírica sobre las preferencias y percepciones de los estudiantes respecto a los métodos de aprendizaje y su aplicabilidad en contextos profesionales. El prácticum, entendido como una experiencia formativa que integra el aprendizaje teórico con la aplicación práctica en un entorno real o simulado, se beneficia directamente de los hallazgos presentados, ya que estos muestran una clara preferencia de los estudiantes por las actividades prácticas sobre las teóricas, lo que sugiere que los métodos de aprendizaje más efectivos para los estudiantes son aquellos que facilitan la aplicación directa de los conocimientos en situaciones reales.
Los resultados sobre la motivación en clases teóricas y prácticas son particularmente relevantes en este contexto. La notable diferencia en la motivación de los estudiantes para las clases prácticas (65.05% muy motivado) frente a las clases teóricas (12.37% muy motivado) subraya la necesidad de repensar cómo se diseña el prácticum en los programas educativos. Si los estudiantes están más motivados por la práctica, esto refuerza la idea de que el prácticum debe ser una parte esencial del proceso de aprendizaje, ya que ofrece una plataforma para que los estudiantes se involucren activamente en situaciones que simulan su futura vida profesional. Esta motivación puede conducir a una mayor implicación, aprendizaje más profundo y una mejor preparación para enfrentar los desafíos del entorno laboral, algo que puede ser aprovechado en las investigaciones sobre la efectividad del prácticum.
Además, la preferencia de los estudiantes por una combinación equilibrada de teoría y práctica, y el valor otorgado a las experiencias prácticas en comparación con la teoría pura, abona a la discusión sobre el modelo pedagógico más adecuado para el prácticum. Los resultados sugieren que los estudiantes valoran el equilibrio entre el aprendizaje teórico y la experiencia práctica, lo que implica que los programas de prácticum que logren integrar estos dos aspectos de manera efectiva podrían mejorar la formación de los estudiantes, brindándoles una comprensión más completa de su campo de estudio y una preparación más sólida para el mercado laboral. Esta conclusión es consistente con modelos de aprendizaje como el de Kolb (1984), quien enfatiza la importancia de la experiencia concreta en la construcción del conocimiento, y con las investigaciones de Lave y Wenger (1991) sobre el aprendizaje situado, que argumentan que el conocimiento se adquiere de manera más efectiva cuando se contextualiza en un entorno práctico.
Finalmente, los datos sobre el nivel educativo de los tutores sugieren que, si bien la mayoría de los tutores tienen niveles educativos básicos o intermedios, lo que podría limitar las estrategias pedagógicas avanzadas, no necesariamente debe considerarse un obstáculo para el prácticum. Sin embargo, la falta de formación superior en algunos tutores podría indicar la necesidad de programas de capacitación continua para mejorar la calidad del acompañamiento durante las experiencias prácticas. Esto abre un campo de investigación sobre cómo el nivel de formación y la capacitación docente influyen en el éxito del prácticum, ya que los tutores desempeñan un papel crucial en la orientación de los estudiantes, en la integración de la teoría con la práctica, y en la evaluación de las competencias adquiridas durante la experiencia práctica.
En resumen, los resultados obtenidos proporcionan evidencia valiosa sobre las preferencias de los estudiantes hacia un enfoque de aprendizaje más práctico y activo, lo que puede tener importantes implicaciones para el diseño y la evaluación de los practicums en la educación superior. Al integrar estos hallazgos en investigaciones sobre el vínculo entre teoría y práctica, se puede avanzar en la creación de programas más efectivos que respondan a las necesidades y expectativas de los estudiantes, mejorando así la formación profesional y la preparación para el mercado laboral.
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