DYLE Nº 12
Aprender a impulsos de likes
Cristo M. Hernández Gómez
Jefe de estudios del IES Andrés Bello. Profesor asociado de Didáctica de las Ciencias Sociales. Departamento de Didácticas específicas. Universidad de La Laguna
Angel San Martin Alonso
Universidad de Valencia
La temática planteada en el presente monográfico no es fácil de perimetrar. Como si de un virus se tratara, el “binary digit” y más conocido como bit, se ha infiltrado en todos los medios e intermedios, borrando las fronteras entre la mayor parte de lo conocido hasta estos momentos. Individuos y organizaciones ven cómo progresivamente se va difuminando su lugar en el mundo. A cambio pasan a ocupar el no-lugar de M. Augé, la realidad líquida de Bauman o la no-cosa de B-C. Han. Lo tangible se transforma y resitúa en el universo imaginario del ciberespacio mediante códigos y regulaciones de grandes programas tecnológicos.
El itinerario se aclara un poco más cuando se repara en las propuestas formuladas en la revista editada por la fundación de una gran multinacional de las telecomunicaciones1. En el último número se mantiene que las tecnologías digitales han licuado las fronteras, por lo que se ha de tomar conciencia de cómo pensar y actuar en la realidad líquida. Mientras que en otro de los artículos se plantea que la inteligencia artificial crea y recrea las imágenes para nuestras pantallas móviles y conforme a criterios tan peculiares que tales imágenes ya no sirven para pensar, para construir conocimiento. A partir de estas constataciones, un par de expertos concluyen en su colaboración para la misma revista, que la sociedad del conocimiento, configurada en torno al digitalismo, le impone a la institución escolar cambios radicales en sus metodologías, los contenidos a transmitir y, sobre todo, en el rol de los docentes.
La bruma del digitalismo potencia el que las jóvenes generaciones mantengan una intensa relación con los dispositivos facilitados por las tecnologías. Se les propone un protocolo de relación con estos medios cada vez más sencillo, con el señuelo de que el acceso a ellos equivale a innovación y conocimiento. Sin embargo, la mediación digital a esas fuentes de saberes, desprende una enorme cantidad de datos y rutinas que, las tecnologías de tratamiento intensivo de los mismos, los transforman en productos de un enorme valor de mercado y simbólico en la actual forma de capitalismo. Datos y rutinas que mediante complejos algoritmos se transforman en materia prima para la industria de lo intangible, ensalzada desde los postulados ideológicos del tecnopopulismo2 adoptado por el neoliberalismo.
El tejido cultural emergente es el que a grandes rasgos tanto interesa a las generaciones más jóvenes, justamente por estar socializadas con dichos medios. En 2020, según el INE, el 94,5% de los jóvenes entre 10 y 15 años son usuarios habituales de internet, y según AIMC entre los 12 y 14 años manejan cotidianamente más de 5 dispositivos digitales (móvil, plataformas, tabletas, ordenadores, etc.)3. Al mismo tiempo, todo esto pone en cuestión la relación con otras instancias e instituciones que pertenecen a la modernidad, al orden de lo analógico (economía del conocimiento), y no de lo líquido que es hacia donde nos lleva la innovación de la tecnología digital (economía de datos). A borrar los límites entre uno y otro ámbito, es a lo que se destinan cuantiosas partidas presupuestarias de fundaciones y agencias de evaluación y prospectiva, en su mayoría vinculadas a grandes corporaciones empresariales.
En medio de un contexto cultural y tecnológicamente tan complejo y en constante evolución, nos preguntamos por la naturaleza de la relación que los más jóvenes establecen con los dispositivos digitales que tienen a su alcance, así como por los cambios que ello genera en su percepción del mundo, del otro, de las instituciones, del valor del conocimiento. Pero como habitamos una sociedad escolarizada, nos interesamos por la recepción y valor atribuido por parte de estos jóvenes a lo que se les ofrece en las aulas escolares (según datos del ministerio, en el curso 1918-19 casi el 22% de los estudiantes no terminaron la ESO, pese a ser obligatoria)4. En definitiva, por qué pierde valor ante sus ojos lo que les ofrecen las instituciones educativas y sí manifiestan interés hipnótico ante lo líquido y fugaz de las redes, encarnado por influencers, youtubers y streamers. Actores sociales que, en sus respectivos ámbitos culturales, operan como prescriptores del consumo de música, noticias, causas sociales, relatos audiovisuales, dieta alimenticia, modos de vestir y de vivir, etc.
Prácticas y actitudes manejadas por las generaciones catalogadas como “nativos digitales” que, de alguna manera, constituyen el núcleo de reflexión de las colaboraciones que conforman este monográfico. Dada la naturaleza del referido núcleo, era inevitable abordarlo con perspectiva de transversalidad, de atravesar sus distintas capas constituyentes. Perspectiva que hemos tratado de mantener en la autoría de las colaboraciones mediante textos, experiencias y entrevista que esta ocasión hemos hecho en formato colectivo. A ellas y ellos, les reconocemos el que con tanta generosidad nos hayan aportado sus reflexiones, unas veces desde aquí y otras desde allá, porque es lo que tiene la transversalidad globalizada.
Tal como ya se anticipó, además de las colaboraciones en formatos convencionales, hemos incorporado un audio cuyas voces pertenecen a estudiantes muy jóvenes que dentro de un tiempo serán docentes en alguno de los niveles y, quién sabe, ¿experimentarán entonces parecidas sensaciones a las que hoy percibimos nosotros cuando vemos sus caras tras el pupitre de clase? ¿Cómo desplegarán la responsabilidad de saber que forman parte de la generación mejor preparada de todos los tiempos? ¿Políticamente llegará el momento que propongan romper el vínculo entre el vivir conectados y el comprender?
Para el grupo de seis estudiantes que expusieron sus pensamientos en el videoartículo, nuestro más sincero reconocimiento por asumir el desafío que se les propuso. Además de agradecerles que con sus reflexiones nos ayuden a comprender un poco mejor cómo encajan los cambios tan acelerados que provoca la digitalización. Agradecimiento que hacemos igualmente a las autoras y autores que nos han facilitado tan generosamente sus textos. Textos e imágenes que ahora les invitamos a leer y reflexionar por si encuentran respuesta a una parte de los interrogantes que les asaltan cuando ven a los jóvenes disfrutar ante la pantalla de alguno de sus dispositivos móviles
1 Referencias extraídas de: https://telos.fundaciontelefonica.com/revista/telos-117/
2 Análisis propuesto por Ch. Bickerton y C. Invernizzi Accetti que resumen en: https://legrandcontinent.eu/es/2021/04/19/la-trampa-tecnopopulista/