Revista sobre educación y liderazgo educativo DYLE Nº9

DYLE Nº9

Monográfico

La voz del alumnado: sobre la participación y el protagonismo de las y los adolescentes en la construcción de una convivencia positiva

Javier García Barreiro

Resumen: El artículo recoge buenas prácticas educativas cuyo nexo común es el de organizar y dinamizar estructuras de ayuda entre iguales como estrategia para fomentar la convivencia, prevenir el acoso escolar, y fomentar una cultura de paz en los centros, a saber: alumnado de acogida, alumnado ayudante, mediación escolar, grupos de apoyo al alumnado LGTBIQ+, equipos de igualdad y cibermentoría, entre otras.

Palabras clave: convivencia, acoso, participación, alumnado ayudante, mediación escolar, cibermentoría.

El acoso que sucede en la escuela y en el entorno virtual, a través de redes sociales donde los chicos y chicas se relacionan con naturalidad, causa tanto sufrimiento y tiene en ocasiones consecuencias tan graves que corremos el riesgo de centrar únicamente nuestros esfuerzos en desarrollar protocolos de actuación rápidos para reaccionar ante el maltrato.

En este sentido, en la Comunidad Autónoma de Galicia, contamos con el Protocolo xeral para a prevención, detección e tratamento do acoso e ciberacoso escolar, en el que se establecen los pasos a seguir para gestionar una situación así. Pero no basta con parar o reaccionar ante el acoso. Es necesario educar en convivencia, prevenir.

El acoso escolar es una realidad que tiene múltiples causas y su erradicación implica a toda la comunidad educativa y no solo al propio alumnado. Sin embargo, entendiendo indiscutible el papel de los iguales en la aparición y el sostén de estas conductas, centraremos este artículo en describir algunas experiencias, iniciativas y buenas prácticas que han puesto de relieve el valor de los iguales en la prevención del maltrato y la construcción de una convivencia positiva en los centros educativos.

Son múltiples las fórmulas en las que la escuela ha organizado y promovido la participación de su alumnado en la vida del centro, a saber, las relacionadas con la representatividad (equipos de delegados, representantes en el consejo escolar etc); la mejora del entorno escolar (comisión de decoración, ecoalumnado, etc.); el apoyo académico (club de deberes, alumnado mentor, etc.); la participación social y ciudadana (voluntariado de aprendizaje-servicio, embajadores de movilidad, etc) y la mejora de la convivencia. (Fernandez y de Vicente Abad, 2017)

Nos centraremos exclusivamente en aquellas estrategias de mejora de la convivencia que dan voz al alumnado y que pretenden evitar sentimientos de soledad en los chicos y chicas víctimas de violencia. Se persigue que sean protagonistas activos en la gestión de los conflictos, entrenarles en el cuidado al otro, en la observación, exponerles a situaciones prácticas donde puedan desarrollarse moral y emocionalmente y romper la estructura individualista de las clases en las que cada uno va a lo suyo.

En definitiva, enseñarles a convivir, a ayudar, a estar presentes en situaciones donde el apoyo, el respeto y la solidaridad entre iguales resulta esencial. La participación organizada y sostenida del alumnado tiene como objetivo construir escuelas seguras y en la que se desarrollen relaciones sanas transformando los conflictos en oportunidades para aprender. Educar para la convivencia es el valor añadido que tiene que aportar la escuela en respuesta al maltrato. (Teijeira, en prensa 2017).

Estas estructuras, funcionan siempre acompañadas y sostenidas por personas adultas. No se plantean como actividades extraescolares, porque se incorporan a la organización del centro escolar. Están llenas de contenido educativo porque se realiza una formación específica para que puedan responder a sus funciones. Se asientan, también, en el valor del grupo frente a la acción individual.

Describiremos, a continuación, algunas de esas estructuras siguiendo la clasificación de los sistemas de ayuda entre iguales (SAI) propuesto por Avilés (2019), ordenadas de menor a mayor en cuanto a la necesidad de capacitación y formación para el desempeño de su labor.

Alumnado de acogida

La tarea básica es la de acoger y dar la bienvenida, compartir tiempo, dar apoyo u orientaciones iniciales al alumnado nuevo en el centro. En muchos casos, forman parte de las actividades de tránsito entre la educación primaria y la secundaria o bien dentro de los planes de acogida al alumnado procedente del extranjero.

Se han ensayado diversas fórmulas, como las del alumnado acompañante, el apadrinamiento, o los equipos de acogida.

El alumnado de acogida requiere de poca formación porque se basan en la experiencia y la voluntad de ayuda. Los contenidos de la formación se reducen a la mejora de la comunicación: la introducción personal y del cargo. En la formación se dirigen al grupo preguntas abiertas del tipo: ¿Cómo me dirigiría a él o a ella? ¿Qué pueden estar sintiendo como alumnado nuevo y que necesitarían? ¿Qué acciones podemos llevar a cabo estos quince primeros días? Con las respuestas se planifica su intervención.

Alumnado ayudante

Las y los alumnos ayudantes, son elegidos por la clase y tienen como funciones las de escuchar, observar e intervenir informalmente en conflictos de baja intensidad: aligerar situaciones de timidez por parte de alguien de la clase, falta de aceptación, pequeños conflictos motivados por rencillas o envidias, o casos incipientes de bullying.

Escuchan y apoyan a los compañeros con conflictos y preocupaciones sin aconsejar, juzgar o criticar.

Otra tarea importante es la de observar posibles conflictos y discutirlos en reuniones regulares para encontrar formas de intervenir antes de que aumenten, así como derivar aquellos casos más graves que excedan las funciones del servicio.

Las tareas que les ocupan también tienen que ver con informar y dar publicidad al servicio y los valores que defiende, como por ejemplo: https://youtu.be/JPdgB7CzZuo o https://youtu.be/QR6qBchRLtg

Nuestro país ha adoptado diversas fórmulas como las del alumnado ayudante (Fernández, Villoslada e Funes, 2002) o Grupos de ayuda (Avilés, Torres e Vián, 2008) pero mantienen como contenidos de la formación: dinámicas de grupo para conocerse; concepto de ayuda: funciones, límites, compromisos y valores; escucha activa, comunicación asertiva; análisis básico de situaciones de conflicto, acoso escolar.

Programa TEI

El TEI (Tutoría Entre Iguales) se define como una iniciativa de prevención del acoso y mejora de la convivencia. Su ideólogo y divulgador en España es Andrés Bellido.

En su versión para Secundaria, consiste en que el alumnado de 3º ESO apoye y ayude al alumnado de 1ºESO nuevo en el centro en los conflictos que les pudiesen suceder. Después de una brevísima formación centrada en el acoso escolar, el programa tiene su sistema para asignar a los chicos y chicas tutores de 3ºESO con cada tutorizado de 1º ESO. Además, contiene una serie de actividades para realizarse en tutoría y otras de carácter lúdico que persiguen crear lazos emocionales entre las partes.

Equipos de apoio al alumnado LGTBIQ+ y Equipos de Igualdad

Los altos índices de acoso homofóbico y transfóbico y la falta de visibilidad de la diversidad afectivo sexual, han motivado la aparición de grupos de ayuda formados por alumnado voluntario (algunos del colectivo y otros no) cuyo objetivo es crear espacios seguros para el alumnado LGTBIQ+ y realizar campañas de visibilización y respeto. En Galicia, surge en el IES Politécnico de Vigo (Ana Ojea, titoría LGBT), junto con el IES Paralaia, de Moaña (Denís Iglesias) que impulsan y organizan la Rede Galega Educativa de Apoio ao alumnado LGBTIQ+ y la asociación Aliades.

Los contenidos de la formación tienen que ver con dotar al alumnado de argumentos que les empoderen frente al discurso homófobo y suelen relacionarse con la educación afectivo-sexual, la diversidad afectivo sexual, el acoso o la realidad trans.

En esta misma línea, se han implantado en los centros estructuras de ayuda relacionadas con la promoción de la igualdad entre hombres y mujeres y el rechazo a la violencia de género y que han recibido diferentes nombres: Comando Igualdade (Chis Oliveira. IES Alexandre Bóveda. Vigo), Equipo Lila. (IES Castro Alobre. Pontevedra), Equipo de Igualdade (IES Fontexería. Muros)

Mediación escolar

La mediación escolar es el servicio de ayuda más extendido en los centros escolares. Es, además, una estrategia de gestión de conflictos.

La mediación es un método de resolución pacífica de conflictos en el que, mediante la intervención imparcial de un tercero, el mediador ayuda a las personas en conflicto a llegar a un acuerdo satisfactorio. Durante el proceso, la figura del mediador no juzga, sanciona ni propone soluciones, sino que regula la comunicación para transformar el conflicto, logrando avances en la relación, reparando el daño y construyendo acuerdos desde la colaboración.

Como estrategia de gestión de conflictos interpersonales, se ha experimentado con éxito en contextos como el empresarial, el judicial y el sociocomunitario, pero la escuela ha tenido el espacio para montar un modelo con sus propias diferencias y características.

La mayoría de las escuelas han optado por formar a alumnado voluntario para apoyar la gestión de los conflictos entre pares, apoyándose en que la proximidad en la edad ha generado una mayor confianza. Por un lado, ofrecer a las partes la oportunidad de participar en la resolución de los conflictos que les afectan contribuye a cambiar la dinámica, mejorar las relaciones y establecer vínculos más positivos con la escuela y, en definitiva, educar en el buen trato, lo que sucede cuando las personas resuelven los conflictos a través del diálogo. Por otro lado, ofrecen la posibilidad a los integrantes del servicio de descubrir, ensayar y desarrollar habilidades socioemocionales en un entorno protegido como es la escuela. Del mismo modo, contribuye al desarrollo de habilidades básicas y objetivos generales de las diferentes etapas educativas, educando también en la responsabilidad por el bienestar de los iguales.

Sin embargo, la mediación escolar está interesada no solo en los beneficios concretos de la ayuda que los estudiantes capacitados brindan a sus pares, sino también en su capacidad para crear una cultura de diálogo o, como se le llamó, una “cultura de mediación” en toda la comunidad educativa.

La formación, extensa y rica, aborda los siguientes contenidos:

  • Dinámica de grupo para conocerse e introducir conceptos
  • Concepto de mediación. Funciones, compromisos y valores
  • Escucha activa
  • Comunicación asertiva. Empatía
  • Análisis de conflictos y teoría de conflictos (posiciones, intereses, necesidades, emociones, estilos de afrontamiento de conflictos, etc.)
  • Ensayo en el proceso de manejo de conflictos a través de la mediación

La cibermentoría

La mentoría es una relación de ayuda en la que la parte más experimentada y con mayores conocimientos ayuda a otra menos experimentada, o con menor conocimiento. En nuestro caso, definiremos la cibermentoría como un servicio de apoyo entre iguales en el que el alumnado mayor, habitualmente a partir de 3º de ESO normalmente con bagaje en otros sistemas de ayuda, forman a los alumnos más jóvenes en el uso positivo, seguro y responsable de las TIC y ofrecen asesoramiento, orientación y ayuda en situaciones problemáticas que puedan surgir en sus relaciones interpersonales en el contexto virtual (Avilés y García, 2016).

Las tareas que les ocupan están relacionadas con:

  • Diseñar y ofrecer sesiones de formación a los alumnos más jóvenes
  • Elaborar y difundir materiales para la sensibilización.
  • Ser mentores de los más pequeños (superando retos y metas personales) y ofrecer apoyo, orientación y asesoramiento para afrontar los problemas que puedan surgir en sus relaciones en las redes sociales e Internet. En la práctica, implica capacitar a los estudiantes en la adquisición de técnicas y habilidades para generar confianza, escuchar, emocionar, guiar, sostener e involucrar a sus compañeros en la superación de dificultades.

En nuestro país, se han ensayado diferentes fórmulas: Cibermanagers, (Pantallas Amigas y el Colexio Santa María de Portugalete, 2016), Ayudantes TIC Madrid Sur (liderado por José Antonio Luengo, 2012), Ciberayudantes (IES Parque de Goya. Zaragoza, 2014) o Cibermentores, este último desarrollado en el IES Parquesol de Valladolid bajo la coordinación de José María Avilés. El autor es de los primeros en atribuir funciones de mentoría al servicio, que funciona en combinación con un programa de prevención de riesgos denominado PRIRES (Avilés, 2018). Siguiendo este modelo, en Galicia se implanta con éxito en el IES Fin do Camiño de Fisterra, obteniendo el premio a los proyectos escolares 2016 de la Fundación Barrié y ganando dl certamen “2016, O reto do acoso escolar” en la categoría audiovisual, convocado por la asociación Arela, que puede verse aquí: https://youtu.be/knddv-wrwvw

Aunque los contenidos varían en función del modelo, proponemos los siguientes contenidos formativos de interés para el alumnado cibermentor: Salud digital (cuidado de la vista, cervicales, etc.); identidad digital (concepto de intimidad y dignidad, reputación online y marca digital, etc.); usos problemáticos y abusivos (sexting, grooming, gambling, etc.), seguridad en la red (protección ante malware y otros peligros); usos positivos y participación social (Internet como herramienta de empoderamiento), ética en la red (uso de los datos personales, reciclaje, etc.), competencias personales para la mentoría (empatía virtual, espíritu crítico, etc.) y ensayo de situaciones de mentoría.

Para prevenir el maltrato, se hace necesario situar la convivencia en un lugar central de lo que se aprende y lo que se enseña en las escuelas, convirtiéndola en objeto de aprendizaje, siendo intencional y planificando cómo enseñar en y para una convivencia positiva (Uruñuela, 2016).

A lo largo del artículo se han descrito diferentes estructuras de ayuda entre iguales como estrategia para construir cultura de paz y prevenir el acoso escolar. Las estructuras que dan voz al alumnado se han revelado como una oportunidad que permite a los estudiantes descubrir en sí mismos habilidades socioemocionales y desarrollar valores prosociales.

Supone también un cuestionamiento del centro sobre qué se entiende por trabajar en convivencia. Contar con el alumnado para esta tarea ha sido para los centros motor de innovación educativa, al crear sinergias entre el profesorado, agrupar sensibilidades, construir los proyectos y crear redes de afecto bajo un liderazgo compartido

BIBLIOGRAFÍA

Avilés, J.M. (2018) Educar en las redes sociales: programa preventivo PRIRES. Desclee de Brouwer.

Avilés, J.M., García Barreiro, J. (2016) Un servicio de apoyo entre iguales para la gestión de la convivencia en las redes sociales en los centros educativos.

https://convivesenlaescuela.blogspot.com/2016/11/cibermentores-un-servicio-de-apo

yo.html

Avilés, J.M. Torres Vicente, N., Vián Barón, M.V. (2008) Equipos de ayuda, Maltrato entre iguales y Convivencia Escolar. Grupos de axuda. Education and psychology I+D+I and Editorial EOS.

Fernández, I. De Vicente Abad, J. (2017) “Estructuras escolares al servicio de la participación del alumnado” en Revista Convives nº 7 La voz del alumnado.

Teijeira Bautista, E. (2017) “El acoso escolar es cosa de toda la comunidad educativa” en Faro de Vigo. https://www.farodevigo.es/opinion/2017/04/02/acoso-escolar-cosa-comunidad-e ducativa-16346536.html

Fernández, I. Villoslada, E. y Funes, S. (2002) Conflicto en el centro escolar: el modelo de “alumno ayudante” como estrategia de intervención educativa. La Catarata.