Nuestro colegio, el CEIP Isabel de Castilla, es un centro público situado en Serrada, una localidad a 26 km. de Valladolid que cuenta con, aproximadamente, 1.200 habitantes. Se trata de un colegio rural, con 84 alumnos y alumnas y un claustro formado por 8 maestras a jornada completa, un maestro a media jornada y 4 maestras compartidas con otros colegios de la zona.

Como toda escuela rural, nuestro colegio cuenta con ventajas y desventajas respecto a los centros de la capital. Como principal desventaja probablemente destacaríamos la falta de medios materiales, aunque el Ayuntamiento intente suplir estas carencias. Y la mayor ventaja es, sin duda, los grupos reducidos de alumnos con los que trabajamos en cada clase que nos permiten adecuar la enseñanza a todos ellos. Esta situación es la idónea para ponernos de acuerdo todo el profesorado e introducir nuevas metodologías, evaluarlas e ir mejorándolas curso a curso.

Nuestro claustro se caracteriza por intentar mantener una formación continua, una línea conjunta y coherente de trabajo y mucha ilusión por garantizar a los niños y niñas la mejor enseñanza posible, calidad y equidad para todos, motivación, ganas de aprender, alegría por venir al “cole”, etc…

Desde hace ya varios cursos, al iniciar cada nuevo año escolar, nos planteamos un Proyecto de trabajo conjunto (ABP) que abarca a todo el centro; así hemos desarrollado los proyectos globales de Reina Isabel de Castilla, el Arte, los Villanos de los cuentos, etc.. Estos proyectos nos permiten organizarnos de manera colaborativa haciendo grupos que incluyen a niños de todos los cursos, desde educación infantil hasta 6º de educación primaria, lo que fomenta enormemente la convivencia en el centro. En cada uno de esos grupos los niños y niñas tiene que distribuirse las tareas de manera que puedan participar desde el niño de 3 años hasta el de 12, generando actitudes de generosidad, autonomía, compañerismo y empatía. Es muy bonito observar como los alumnos mayores son capaces de ponerse en el lugar de los más pequeños y repartir las tareas para poder incluirlos en la actividad. Gracias a estos proyectos hemos hecho gymcanas, teatro, visitas, lectura compartida…

Pero los dos grandes ejes entorno a los cuales gira el centro y son el motor de la planificación de nuestro día a día son el mundo de los cuentos y el de las matemáticas.

El 13 de mayo de 2016, tras mucho trabajo y gracias a la colaboración de las familias, pudimos inaugurar la nueva biblioteca del colegio. El colegio hace un gran esfuerzo cada curso, para ir poco a poco renovando sus existencias, centrándonos, especialmente, en libros y cuentos de temáticas relacionadas con el proyecto que estamos trabajando cada curso. Cada 13 de mayo celebramos el cumpleaños de la biblioteca con la participación de autores infantiles como José Carlos Andrés, Margarita del Mazo, Gracia Iglesias, etc. y, entorno a esta fecha, llevamos a cabo una semana de actividades relacionadas con la lectura, desde nuestra propia feria del libro, a spas lectores, talleres de encuadernación, padrinos lectores, etc. Es una de las semanas más especiales del año.

Pero quizá, lo que ahora mismo nos diferencia de otros centros es la aplicación del método ABN para la enseñanza de las matemáticas. Hace varios años, en el equipo directivo oímos hablar del método ABN y tras buscar y leer toda la información que encontramos, decidimos empezar a formarnos para, posteriormente, poder implantarlo en nuestro centro en el que, como en otros muchos, las matemáticas no formaban parte de lo que a los niños y niñas más les gustaba. Al principio del curso 2016/2017, tras conseguir un compromiso del claustro, por el cual todos sus miembros se comprometían a formarse, empezamos a utilizar este método en 1º y 2º de educación primaria; en el curso 2018/2019 ya impartimos ABN hasta 4º.

El método ABN (Abierto Basado en Números) fue creado por Jaime Martínez Montero1. Esta manera de entender las matemáticas busca un aprendizaje comprensivo, frente al aprendizaje que promueve el método tradicional, basándose en el conocimiento del número y no de cifras. Parte siempre de la manipulación y respeta el ritmo y la manera de calcular de cada niño.

Este método nos ha permitido sacar las matemáticas del lápiz y el papel, volviéndolas manipulativas, utilizando cualquier material y cualquier espacio. Hacemos matemáticas con palillos, tapones, garbanzos, bandejas de poliespán, policubos, hojaldre y nocilla; y en cualquier espacio, el suelo, el pasillo, el patio, la cocina… Nos atrevemos a afirmar que ahora mismo, en nuestro centro, todos los niños y niñas de 1º a 4º de primaria no sólo son competentes en el área de matemáticas, sino que las comprenden y las disfrutan.

No ha sido un cambio fácil para las maestras, supone un cambio tanto en nuestra forma de enseñar como en nuestra forma de calcular; hemos tenido que enseñar a las familias una nueva forma de realizar las operaciones (pues ya no utilizamos los algoritmos tradicionales), para hacerles partícipes de la educación de sus hijos, realizando talleres con ellos e invitándoles a acudir a las clases de matemáticas.

Como todo cambio, al principio asusta, genera inseguridades y te obliga a formarte permanentemente, no lo puedes dejar, pero está resultando muy gratificante observar como día a día nuestros alumnos avanzan y disfrutan con las matemáticas, alcanzando objetivos cada vez más ambiciosos. Nos queda mucho que aprender y mejorar, pero la ilusión y la motivación aumentan cada curso.

Para terminar, nos gustaría reafirmarnos en que la escuela rural no puede estar reñida con la innovación y los cambios, al contrario es el escenario más idóneo para iniciar esas pequeñas revoluciones educativas, al contar con grupos reducidos que permiten la individualización de la enseñanza y la revisión constante de la práctica docente. 

NOTAS

1 Jaime Martínez Montero es maestro y doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Ha escrito varios libros relacionados con el tema ‘Una nueva didáctica del cálculo para el siglo XXI’ y ‘Competencias básicas en matemáticas. Una nueva práctica’. La aplicación del método ABN se inició por primera vez en un aula de 1º de Educación Primaria del CEIP Andalucía de Cádiz en el curso 2008/2009.