DYLE Nº 26

Fuera pantallas y… vuelta al libro de papel
Ana Moreno Fernandez
Educadora Infantil. Maestra de Educación Infantil y primaria. Master en TDHA y Técnicas de Modificación de Conducta. Escritora de Literatura Infantil. Autora de “TE VEO”
Resumen: El momento de la lectura ha de ser respetado y valorado en grandes y pequeños. Se convierte en una destreza enormemente valiosa y de peculiar belleza. La sociedad actual sometida desmesuradamente a la incontrolada digitalización, está provocando pérdida de habilidades básicas y fundamentales para el desarrollo del individuo adulto del futuro, lo que nos llevará desbocadamente hacia generaciones perdidas, frustradas e incompetentes. Si nos encargamos como sociedad de establecer los cimientos adecuados (creatividad, imaginación, comprensión oral y escrita, interpretación de datos, desarrollo lógico, …) para formar seres libres y competentes en lo personal, social y laboral, serán capaces en un futuro adulto de manejar, descubrir y desarrollar cualquier herramienta digital. ¿Estamos haciendo lo correcto o lo que conviene socialmente a unos pocos? Leer nos hace libres.
Palabras clave: lectura, destreza, digitalización.
El origen de la lectura.
Este proceso se educa y podemos comenzar a disfrutar de este placer a partir del momento en el que se produce la magia de la vida. A partir de su nacimiento, el bebé comienza desaforadamente a diversificar su interés entre el mundo adulto y el mundo de los objetos. El adulto y el bebé comenzarán a variar sus juegos, de forma progresiva donde cortos arrullos y nanas irán conformando lo que se convertirá en su próximo lenguaje.
Para el desarrollo de la comunicación oral, es necesario que promovamos, ya desde la primera infancia, situaciones diversas que aumenten escenarios comunicativos ricos y variados con distintas personas, en distintos contextos y con plurales intenciones comunicativas. Poco a poco, la capacidad de participación y de intercambio comunicativo se ampliará, conociendo las normas que los rigen. Así, irán organizando su propia actividad, incorporando diálogos y conversaciones sencillas como medio para planificar experiencias, organizar la información recibida, anticipar soluciones,… Llegaremos entonces a la comunicación escrita, empleando un código para plasmar todas estas experiencias vividas; es aquí donde la lectura de cuentos, adivinanzas, retahílas, juegos de trabalenguas y adivinanzas… les permitirán desarrollar estrategias progresivamente más complejas que les facilitarán la comprensión de los textos escritos, descubriendo los elementos más relevantes e iniciándose en el resumen que encierre la idea esencial del mensaje.
¿Qué consideraciones mantienen los padres y madres sobre la lectura?

Constantemente vemos podcast o escuchamos expresiones como “No hay que obligar a leer a los niños/as…”, “Confiamos en el modelo que ofrecemos a nuestro hijo, nosotros leemos ya aflorará la vena lectora…” ¿Realmente creemos que es suficiente con eso? ¿Con tan poco esfuerzo nos conformamos como educadores?
Bayard Revistas, en colaboración con la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, ha llevado a cabo un estudio de opinión sobre la incidencia de la lectura en su educación.
El estudio, ha tenido en cuenta la opinión de padres y madres con hijos e hijas a partir de los 4 años. Una de las principales conclusiones que se extraen de esta encuesta es que más del 85% de padres otorgan un valor fundamental a la lectura en la infancia, porque impacta directa y positivamente en el desarrollo de la imaginación, la formación como personas, el rendimiento escolar y el crecimiento como ciudadanos y ciudadanas con espíritu crítico; el 70,20 % reconoce que necesita recomendaciones literarias de calidad adaptadas a la edad de sus hijos; el 11,11 % de los niños y jóvenes actuales son seguidores de prescriptores de literatura a través de distintos canales, bien sea viendo a booktubers en Youtube, siguiendo los post de bookstagrammers o con los vídeos rápidos de tiktokers.
De forma progresiva, esta nueva era digital, nos lleva de manera vertiginosa a la lectura en formato digital. Llega el momento de plantearse entonces si la lectura digital es realmente adecuada durante la infancia y parte de la adolescencia y cuáles serían los factores por los que se vería afectada.
¿Qué consideraciones mantienen los docentes sobre la lectura?
Desde el principio de los tiempos el ser humano ha aprendido por ensayo-error, modelaje y todo un compendio de rutinas y hábitos bien marcados que dan lugar al aprendizaje.
En los momentos evolutivos que vivimos, al adulto no se le hace sencillo luchar con los nuevos estímulos digitales incontrolables que se han puesto a disposición de nuestros pequeños, sin reflexionar sobre las consecuencias que podrían tener en el desarrollo de éstos. La sociedad ha priorizado infinidad de intereses, a la educación y desarrollo de un país; no se ha contado con la aportación previa de profesionales de la educación (psicólogos, pedagogos, logopedas, maestros de infantil y primaria…) y del desarrollo (pediatras, neurólogos, …) para adentrarse en las aportaciones positivas o negativas que podrían tener sobre la evolución humana. Se han encargado de meternos la digitalización por los ojos, sin estar preparados para trasmitir un aprendizaje adecuado y productivo de las mismas. ¿Llamamos innovación educativa y tecnológica a que un menor haga vídeos y los cuelgue en las redes sociales, se pase horas viendo vídeos irrelevantes o absurdos y juegue a videojuegos que en la mayoría de los casos no son adecuados a su edad?
Llegados a este momento hay muchos puntos que cuestionarse como adultos. ¿Nos hemos encargado de robarles su infancia? ¿Todo lo que pueden encontrar en la red es real, adaptado a su desarrollo evolutivo, entendible por ellos? ¿Para qué necesita un menor un teléfono si debería de pasar las veinticuatro horas del día con sus tutores? Son temas arduos, divergentes, amplios, cuestionables y demasiado controvertidos, de los que podríamos escribir artículos enteros. Es necesario parar y adoptar el camino más adecuado, quien decide es el adulto no el menor, pensemos en la herencia generacional que vamos a dejar.
¡Claro que hay que presentarles la tecnología!, pero no en la forma en la que se ha hecho. Educar en tecnología es una realidad necesaria e imprescindible para la revolución digital en la que ya estamos inmersos, pero… ¡Cuidado! No entremos en la “Paradoja de la estupidez”, defendida por André Spicer, profesor de la Cass Business School. Señala que personas más inteligentes y mejor preparadas garantizan una competencia más exitosa, pero añade que, aunque hay mucha gente lista, hacen cosas sin sentido, anti-pragmáticas y torpes, que producen buenos resultados a corto plazo, pero no resuelve los problemas a largo plazo, por lo que se deduce que siempre estaremos sumidos en las mismas situaciones no resueltas y no en situaciones nuevas que son las que permiten el avance y desarrollo social.
Un exceso de estímulos satura los sentidos y bloquea el deseo. Un niño o niña, no requiere una sobreestimulación para conocer el mundo en el que vive, ya éste en sí mismo le supone una sobreestimulación. Expresiones como “hoy tienen todo al alcance de su mano y no lo saben aprovechar”, tal vez lo que les suceda a nuestros pequeños, medianos y grandes pupilos no es que no sepan llegar a toda esa información digitalizada, sino que no saben interpretarla y consecuentemente utilizarla. Es aquí donde juega un papel demasiado importante el hábito lector.
Para utilizar la información adecuadamente, previamente hay que saber leerla, comprenderla, interpretarla y finalmente aplicarla en el ámbito adecuado.
Con el hábito lector, ocurre lo mismo. Es importante que los niños vean la existencia de libros en algún lugar de la casa, que visitemos regularmente la biblioteca de la localidad o del centro educativo; un espacio tranquilo sin distracciones invita a sumirse en ese mundo fantástico y emocionante que nos ofrece la lectura; buscar un momento único, fijo… a lo largo del día, se convierte en una rutina y esto a la larga crea adicción. Si compartimos la lectura con nuestros hijos o alumnado, el momento de lectura se vuelve mágico y ofrecemos un modelo y un interés por la actividad inigualable. Deja que tu hijo o alumnado seleccione el ejemplar que le agrade, lo importante no es la amplitud que tenga un libro, sino el interés que se tenga por él.
“Es tiempo de empezar a entender las consecuencias naturales que provocan nuestras actuaciones”.
Las pantallas restan al pupilo tiempo de juego, vital para el desarrollo global del individuo. El juego es el arma más valiosa con la que cuenta el ser humano para aprender a entender el mundo, a enfrentarse a situaciones conflictivas que les van a permitir entender poco a poco sus emociones y frustraciones. Jugar es disfrutar haciendo una tarea con el corazón, poniéndole imaginación y creatividad, interiorizándola y haciéndola suya.


Cabe destacar aquí las conclusiones obtenidas a partir de un vídeo creado por UNICEF y publicado por el periódico, EL PAIS.
“CAMPAÑA UNICEF REDES”, ya en 2018, nos trasmite las consecuencias de un uso inadecuado de las mismas y cómo en un profundo mensaje, podemos vislumbrar, que el nivel de desarrollo psicoevolutivo en el que se encuentran las personas de estudio no se corresponde con la gran magnitud que tienen las consecuencias de sus acciones. Por otro lado, es importante destacar que los sujetos de estudio han compartido información personal como una forma de juego, propia del momento evolutivo en el que se encuentran, sin prever lo que sucederá en apenas unos segundos, en los que ese juego dejará de serlo, para convertirse en su peor pesadilla.
Albert Einstein, proponía una ecuación para conseguir el éxito. Éste estaba convencido de que una suma de TRABAJO, JUEGO y ESCUCHA darían como resultado un ser exitoso en su vida personal, familiar y profesional. Evidentemente en esta fórmula no cabrían situaciones del tipo… ver vídeos de las vidas de otras personas mientras su tiempo, se va, viviendo la vida de los demás en vez de la suya propia; o tumbarse a ver la tele esperando que le muestren algo que le haga sentirse bien; o coger la Play como primer y último recurso ante el aburrimiento. Las cosas valiosas requieren su tiempo. Generalmente, aquello que nos ha costado más conseguir en nuestra vida es precisamente lo que más valoramos. Si damos a nuestros pupilos todo lo que pidan para acallar su deseo, estaremos matando a pasos agigantados su capacidad de asombro. Siempre se ha defendido que es necesario el aburrimiento. Cuando el pupilo acabe lo que tiene entre manos, generará otra situación de aprendizaje necesaria para dar respuesta a algún conflicto surgido en la actividad anterior y así sucesivamente, una y otra vez, provocando una cadena espectacular de incógnitas que estimularán de forma excepcional su necesidad de conocer, relacionarse y leer; disfrutando de cada momento de SU VIDA, generando nuevas relaciones sociales limpias, sanas. Por lo tanto, menos productos ultraprocesados y más recetas caseras con papá, menos móviles y más Parchís, menos recompensas materiales y más muestras de afecto, menos videojuegos y más paseos por el campo, menos series de televisión y más lectura de cuentos, menos móvil y más saber esperar en un restaurante o sala de espera de un centro de salud, menos películas o audiolibros y más cuentos infantiles.
Educar requiere tiempo.
Este último bloque es interesante, porque prohibirles a nuestros hijos e hijas algo que a nosotros los adultos nos resulta cómodo no es fácil.
En primer lugar, el adulto tiene que vencer uno de los siete pecados capitales, LA PEREZA… ¡Uy…! ¡Qué palabra tan usual y escuchada en los últimos años! ¿Cuál es nuestra máxima prioridad y nuestra mayor satisfacción? Muchos contestarían “Ver feliz a mi hijo e hija”. Y mi pregunta es… ¿Están seguros de que siendo adultos perezosos conseguiríamos niños felices?
En segundo lugar, saber decir “NO” con firmeza y disciplina, estableciendo normas y límites que trasmitan a nuestros pupilos la importancia real de las situaciones que vivimos, así como los resultados que desencadena el desarrollo adecuado o no de las mismas, no es un error, se convierte en una enseñanza. Las consecuencias naturales de sus actuaciones, las sufrirán a lo largo de su vida constantemente y los adultos no vamos a estar ahí siempre para taparlas y/o solucionarlas. El mundo no se comportará siempre como ellos deseen y enfadándose, pataleando, gritando o encerrándose en ellos y ellas mismas, no conseguirán que cambie y que gire a su antojo. Por ello, la herramienta más valiosa que podemos ofrecer a nuestras futuras generaciones es la lectura.

Entonces… ¿Por qué leer historias en papel? (CONCLUSIÓN)
La lectura nos hace conocedores de experiencias diversas y respuestas múltiples e igualmente válidas que nos permiten enfrentarnos a diferentes realidades. Divagamos, exageramos, mutamos, distorsionamos e incluso nos permitimos el lujo de poder mentir para quedarnos vivencialmente expuestos a sus consecuencias. Compartimos momentos, nos miramos a los ojos, palpamos las emociones y sentimientos del otro, nos hace más humanos.
El cuento, leer fuente inagotable que mana moraleja, enseñanza constante, cada sonido, gesto, línea, movimiento, imagen… nos prepara para la vida.
Los cuentos llegan a lo más profundo del ser, a los valores que organizamos, estructuramos y fabricamos mentalmente. Un cuento entretiene, emociona, deleita…nos lleva de viaje sin movernos de la silla. Los cuentos siembran pequeñas semillas de palabras que aflorarán por nuestra boca en el momento adecuado; amplían nuestros horizontes podemos explicar el mundo.
El cuento nos entiende, crea momentos únicos. Por lo tanto, disfrutemos de ello, leer cuentos nos hace libres.
Referencias bibliográficas
Reynold Bean. 1992. “Cómo desarrollar la creatividad en los niños”. Debate.
Jesús Palacios, Álvaro Marchesi, César Coll. 1995. “Desarrollo psicológico y Educación I”. Alianza Psicología.
Punset, Elsa. 2012. “Una mochila para el universo”. Ediciones Destino. Colección Imago Mundi. Volumen 226.
Daniel Goleman. 2014. “Educar con inteligencia emocional”. Debolsillo Clave.
César Bona. 2015. “La Nueva Educación”. Plaza Janés.
Catherine L´Ecuyer. 2023. “Educar en el asombro”. Plataforma Editorial.
UNICEF. 6 de febrero de 2018. “CAMPAÑA UNICEF REDES”. https://www.youtube.com/watch?v=WqBl2zyXI7g/a>
Antonio Gómez Ramos. 2014. “Paradoja de la estupidez”. https://doi.org/10.5335/rep.v21i1.3873
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