DYLE Nº 18

Escuelas que valgan la pena
Susana Vázquez Martínez
Profesora de Ciencias, Colegio Santa María do Mar (A Coruña)
ransformar la escuela, re-pensar no sólo qué hacemos sino, y sobre todo, cómo y para qué, es el eje vertebrador del libro “Escuelas que valgan la pena”.
A lo largo de sus seis capítulos, Pepe Menéndez, uno de los ideólogos e impulsores del proyecto de transformación educativa “Horitzó 2020”, en Barcelona, y especialista en liderazgo e innovación educativa, plantea diferentes preguntas de fondo que nos invitan a reflexionar sobre la pedagogía, sobre la trayectoria personal de alumnos y profesores, sobre la escuela y sobre toda la comunidad educativa. Se trata de una lectura ágil, donde cada capítulo empieza con una pregunta socrática que nos empuja a la reflexión a través de historias que destilan autenticidad.
Plantea preguntas, como “¿Por dónde comenzamos la transformación de la educación?” o “¿Estamos verdaderamente dispuestos a trabajar en equipo?”, a las que lógicamente no da respuestas, sino que nos invita a acercarnos a ellas a través de varias historias reales que promueven un debate interior.
Añade relatos que apuntan a las raíces de nuestra vocación educadora con la intención manifiesta de que podamos trasladarla a la escuela, a las casas y a todas las instituciones relacionadas con la educación.
Hace llamadas a la interioridad, como “¿En qué nos fijamos cuando miramos a nuestros alumnos?”, que nos hacen reflexionar sobre los espacios personales centrados en la educación que llenan de sentido nuestras vidas. Y también sobre liderazgo y pasión, sobre lo que nos hace crecer como personas.
Interpelaciones, como “¿Es posible innovar en materia educativa en entornos vulnerables?”, nos conducen a entender y aprender de los y las educadoras que trabajan en entornos vulnerables y que han sido capaces de crear espacios de relación y contextos de aprendizaje seguros y motivadores, haciendo de la escuela un territorio de esperanza.
En definitiva, un ejercicio de metacognición sobre el verdadero propósito de la escuela, que lleva implícito un proceso de desaprendizaje y que nos conduce a ejercer, en sus propias palabras, “un liderazgo transformacional que combine la mirada que tenemos sobre los alumnos, sobre el papel del currículo, de los profesores y de la relación con las familias”.
Escuelas que valgan la pena, en palabras del autor, serían todas las que sean capaces de crear equipos para educar mejores personas; una escuela que genere una cultura de aprendizaje”.
Sin duda, una lectura que vale la pena.