DYLE Nº 16

El contrato de inclusión dialógica en situaciones de desigualdad social
Rocío García Carrión
Investigadora Ikerbasque. Universidad de Deusto
Poner fin a la pobreza en todas sus formas y en todo el mundo es el primero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que establece la Agenda de las Naciones Unidas. En este sentido, una de las claves para lograr la salida de la pobreza, es precisamente la educación. Concretamente, el ODS 4 persigue lograr que todos los niños y niñas tengan acceso a una educación inclusiva y de calidad con oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida. Este reto requiere de evidencias científicas que avalen las intervenciones socioeducativas que llevamos a cabo en las escuelas, y que sean resultado de procesos de diálogo y co-creación con las personas que viven en situaciones de pobreza. El Contrato de Inclusión Dialógica que se presenta en este artículo contribuye, precisamente, a avanzar hacia ambos objetivos. Se trata de un procedimiento dialógico en el que personas investigadoras, personas participantes en la investigación y responsables políticos, recrean las actuaciones que han conseguido mejorar los resultados en escuelas y contextos muy diversos a través del diálogo igualitario (Padrós et al, 2011). La finalidad última del Contrato de Inclusión Dialógica es la transformación del contexto en el que se implementa para lograr el éxito educativo y social de las personas destinatarias, bien sean escuelas o barrios. Este procedimiento ha demostrado contribuir a reducir las desigualdades sociales desde la educación.
A pesar de los avances en las últimas décadas en la reducción de la pobreza a nivel global, la crisis del COVID-19 ha tenido un impacto negativo que puede incrementar por primera vez el número de personas que viven bajo el umbral de la pobreza desde 1990 (Summer et al., 2022). Sin embargo, aunque las familias que sufren pobreza en el mundo pueden ser muy diversas, los sueños que tienen para sus hijos e hijas son similares, si les preguntamos por un sueño para sus hijos e hijas, todos y todas quieren un futuro y una vida mejor que la que ellos han tenido. La evidencia científica nos dice que las actuaciones educativas de éxito pueden acercarlos a ese sueño, y nuestra investigación ha demostrado que el Contrato de Inclusión Dialógica es un posible camino para avanzar hacia ese horizonte (Aubert et al.; 2010)
Actuaciones Educativas de Éxito
Necesitamos llevar a nuestro alumnado la mejor evidencia científica disponible, por varias razones. Además de porque todo niño o niña merece lo mejor, porque participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten es un derecho humano (Artículo 27 de la DDHH) que no les podemos negar. Por ello, llevar a los centros las Actuaciones Educativas de Éxito (AEE) que la investigación científica ha demostrado que logran mejorar los resultados en todos los contextos en los que se implementan con rigurosidad, es garantizarles ese derecho. Las Actuaciones Educativas de Éxito fueron identificadas por el proyecto INCLUD-ED (Flecha, 2015), el único de ciencias sociales destacado en la lista de las 10 mejores investigaciones seleccionadas por la Comisión Europea.
Este reconocimiento destaca el valor añadido que tiene la ciencia para la sociedad, y en nuestro caso, las mejoras educativas y sociales de las Actuaciones de Éxito en escuelas y comunidades de todo el mundo lo avalan. De hecho, una investigación recientemente publicada ha analizado el impacto de las AEE a través de 63 artículos científicos con evidencias de éxito en escuelas de diferentes países de Europa y Latinoamérica (Morla et al.; 2022). Los resultados indican que, en todos los casos, mejoraron los resultados de aprendizaje instrumental, así como la implicación escuela-familia comunidad, tras aplicar las Actuaciones Educativas de Éxito, incluidas en la Tabla 1. Además, se demostró que éstas son propicias para mejorar las relaciones interpersonales, reducir los conflictos, fomentar la participación de la familia y prevenir el absentismo.
Actuaciones Educativas de Éxito
- Grupos Interactivos
- Tertulias Dialógicas
- Participación Educativa de la Comunidad
- Formación de Familiares
- Modelo dialógico de prevención y resolución de conflictos
- Formación dialógica del profesorado
Así, las AEE son una de las contribuciones científicas en educación que mayores mejoras ha logrado en la práctica, tras haberse replicado en numerosos contextos y demostrando ser sostenible a lo largo del tiempo. Este avance científico ha devuelto el sentido de la profesión docente a muchas personas que han visto el impacto que podemos tener en la vida del alumnado cuando llevamos la ciencia a las aulas. Sin embargo, es importante también conocer cómo se realiza la investigación que logra tales mejoras sociales y que fue esencial en el desarrollo del Contrato de Inclusión Dialógica que se presenta más adelante.
Investigación con Impacto Social
Si bien es posible avanzar en la superación de la pobreza a través de la ciencia, el enfoque de la investigación que se lleva a cabo es importante, ya que no es suficiente con identificar únicamente los factores que producen la desigualdad. Cuando la investigación se centra en describir la problemática, o hacer un diagnóstico, la situación de las personas que viven en situación de pobreza difícilmente cambiará. Se han hecho numerosos estudios para hacer diagnósticos, pero que no han contribuido reducir la pobreza. En este sentido, necesitamos conocimiento científico que nos permita transformar la situación que devuelva la esperanza a las personas que sufren desigualdades sociales.
Por ello, diversas investigaciones se han inspirado en el lema en latín ‘Non Satis Scire’ nos dice que ‘Saber no es suficiente’. La presidenta de la Asociación Americana de Investigación Educativa (AERA por sus siglas en inglés) en el año 2012 y profesora emérita de Stanford, Arnetha Ball, escogió este lema que lleva por título su ponencia inaugural (Ball, 2012). En esta afirma que el conocimiento científico no es suficiente si no llega a la sociedad, necesitamos utilizar lo que conocemos para mejorar la educación. La investigación sobre AEE demuestra precisamente eso, que es posible generar conocimiento científico que mejore la vida de las personas si se hace en diálogo con ellas y ellos.
Para ello, se utilizó la Metodología Comunicativa (Gómez et al., 2011), orientada no solo a describir la realidad sino a conocerla para transformarla. Para ello, es necesario establecer un diálogo igualitario entre investigadores y personas participantes en la investigación que permita obtener resultados socialmente útiles y relevantes para las personas destinatarias. Este proceso de diálogo se establece desde el diseño de la investigación, durante su desarrollo y en la difusión de los resultados. Además, el análisis está siempre orientado a transformar la realidad social (Aiello et al., 2013). Esta misma orientación comunicativa y transformadora de la metodología comunicativa, empleada para la investigación de las Actuaciones Educativas de Éxito está en la base del Contrato de Inclusión Dialógica y ha sido esencial para poder desarrollarlo en contextos de desigualad social.
Contrato de Inclusión Dialógica
El Contrato de Inclusión Dialógica se definió y llevó a cabo por primera vez en la transformación del Colegio La Paz. Se estableció este procedimiento dialógico entre personas investigadoras, vecinos y vecinas del barrio, comunidad educativa y responsables políticos, para avanzar en la superación de la desigualdad educativa y social que afectaba a las familias y al alumnado de los barrios de alrededor. Así, en el curso 2006-2007 se inició se estableció que la finalidad última del Contrato de Inclusión Dialógica sería la transformación de la escuela para lograr el éxito educativo del alumnado y fomentar así la inclusión social. Este procedimiento se guiaría por tres principios:
- En primer lugar, la transformación de la escuela se basa en actuaciones que hubieran demostrado éxito en otros lugares, y las personas investigadoras asumen la responsabilidad de aportar este conocimiento al proceso de transformación.
- En segundo lugar, las actuaciones educativas de éxito deberían ser recreadas en el contexto en el que se desarrolle la investigación a través del diálogo con las personas del barrio que se verían afectadas por dichas actuaciones.
- En tercer lugar, las decisiones sobre las acciones a implementar las tomarían las personas elegidas democráticamente para hacerlo, junto con la comunidad.
Como resultado, en el caso del colegio de La Paz se implementaron las Actuaciones Educativas de Éxito con calidad, frecuencia e intensidad. Las decisiones que se tomaron por parte de la administración y la comunidad educativa facilitaron que el colegio implementara el proyecto de Comunidades de Aprendizaje con profesorado formado y comprometido con ello. Así, las actuaciones educativas de éxito fueron recreadas de forma dialógica y en comunidad, incluyendo las voces y la participación de todas las personas del barrio, en todos los espacios, decisiones, debates, e incluso en las aulas. Sobre esa base se desarrolló un proyecto común de un centro educativo de éxito, un sueño construido por toda la comunidad, con el compromiso mutuo de trabajar por el éxito y la inclusión de todos y todas.
Los resultados académicos mejoraron rápidamente, tal y como se demostró en las pruebas de diagnóstico, así como la reducción del absentismo y la mejora de la convivencia (Flecha y Soler, 2013). Estos resultados publicados en una de las revistas científicas en educación de mayor impacto “Cambridge Journal of Education” fueron destacados al recibir el premio al mejor artículo de la revista en ese año (Flecha y Soler, 2013). Además, investigaciones posteriores han demostrado que las mejoras educativas que conllevó el Contrato de Inclusión Dialógica crearon un precedente para prevenir mayores desigualdades. Entre otras, el colegio llegó a cumplir uno de los sueños: tener instituto en el barrio, y con ello favorecer que las niñas y niños del barrio pudieran completar la educación obligatoria. Uno de los estudios llevados a cabo años más tarde (García-Carrión et al., 2018) demostró cómo la participación de las familias y otros miembros de la comunidad en los procesos de toma de decisiones fue crucial para prevenir el abandono escolar temprano entre los jóvenes vulnerables y, al mismo tiempo, aumentar su matrícula en la educación secundaria. Por primera vez, los sueños de algunas familias empezaron a hacerse realidad. Tal y como decía este padre:
Mi deseo es que mis hijos salgan [de la pobreza].. De toda mi familia, ella [mi hija] y su compañero son los únicos, dos de las generaciones que yo conozco que han terminado el colegio. Ninguno hemos terminado el colegio. Padre, voluntario en el colegio.
Con ello, el colegio inicia un proceso de cambio capaz de transformar la estructura social y revertir la tendencia de fracaso y exclusión que incrementaba, hasta ese momento, las desigualdades sociales. En 2021 el colegio volvió a soñar, surgieron nuevos sueños forjados sobre la esperanza del camino ya recorrido, una es esperanza que se construye sobre “la plausibilidad de lo posible como opuesto a la necesidad de lo probable” (Ganz, 2010: 537).
Superación de la pobreza y la exclusión social en contextos urbanos
El Contrato de Inclusión Dialógica se utilizó para reducir la pobreza y la desigualdad en los barrios, siguiendo el mismo procedimiento dialógico, pero con actuaciones de éxito en el ámbito social. En este ámbito, fue especialmente importante el diálogo con los agentes sociales para identificar y superar algunas de las resistencias a las que pueden enfrentarse contextos similares, como, por ejemplo:
- Actuaciones de fracaso: en muchos de estos barrios se han hecho muchos experimentos que no han conseguido regenerar el barrio.
- Incomunicación, asilamiento: cada agente trabajaba en su parcela y no en red.
- Bajas expectativas: profesionales que tras 20 años trabajando en el barrio creen que la situación no podía cambiar.
Con esa orientación dialógica y transformadora, el investigador principal de INCLUD-ED, Ramón Flecha, llevó ese diálogo hasta el corazón de cada una de las personas del barrio cuando decidió pasar una noche allí, y se fue solo a casa de un familiar del barrio, desoyendo todos los consejos que intentaban disuadirle, dada la peligrosidad atribuida a este tipo de contextos. Como él mismo afirmó en un estudio posterior sobre el Contrato de Inclusión Dialógica (Girbés, 2014):
Ese fue el punto de inflexión. Lo que yo les mostré de lo que había vivido aquella noche era contrario a lo que pensaban y creían. Y reaccionaron muy bien reconociendo, que sí, que las actuaciones de fracaso que realizaban estaban basadas en un error y quisieron cambiar. Investigador principal de INCLUD-ED.
Con ello, se posibilitó la realización de un Sueño de Barrio que fue el motor para el proceso de cambio de los barrios y ha sido replicado en otros contextos urbanos llevando a resultados similares de mejora en diferentes áreas sociales (Brown et al, 2013; Girbés, 2014). Concretamente, el estudio centrado en “El sueño del barrio de Montserrat: la participación de residentes marroquíes en un proceso de desarrollo comunitario desde la escuela en la España urbana” (Girbés et al., 2018) confirma que la escuela pude contribuir a crear condiciones óptimas para encontrar iniciativas comunitarias efectivas. Además, promovió una organización horizontal y dialógica en proceso, situando a las personas del barrio en posiciones centrales en la toma de decisiones y roles de liderazgo. De esta forma, la escuela puede generar acciones comunitarias para la mejora de la realidad de las personas que viven en situación de pobreza.
Esperanza y sueños posibles: ‘inédito viable’
El Contrato de Inclusión Dialógica se desarrolla de acuerdo con una orientación eminentemente dialógica, crítica, transformadora del aprendizaje y del contexto sociocultural, comunitaria y democrática. Por todo ello, fomenta la creación de sentido en todas las personas implicadas en la transformación. Además, incluye una perspectiva basada en evidencias científicas de impacto social para dar respuesta a una problemática tan compleja como la pobreza y desigualdad social. De hecho, la investigación que hemos realizado pretende aportar la máxima utilidad social y ponerse al servicio de profesionales de la educación, familiares, entidades y administraciones para que puedan mejorar sus escuelas, sus barrios y las vidas de más niñas y niños. Sin duda, las mejoras que han vivido las personas de las escuelas y los barrios que se han beneficiado de la implementación de las Actuaciones de Éxito les ha devuelto la esperanza para seguir luchando por una mejor educación y una mejor vida para sus hijas e hijos. Ahora se trata de llevar la esperanza construida sobre soluciones reales a más escuelas, a crear un ‘inédito viable’, que Freire (1970) entendía como el ‘’sueño posible’’ que yace bajo sus situaciones limitadas y permite a los seres humanos trascenderlas y crear utopías reales. La conciencia real humana nos permite ir más allá de lo establecido hacia lo posible y, así, lograr una mejor educación para todos y todas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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