Nos asomamos en este nuevo número a uno de los elementos más importantes cuándo se habla de educación: La inclusión. Y con ello, a través de interesantes artículos de reflexión, entrevistas y descubrimiento de centros educativos con verdaderas prácticas inclusivas, también aproximarnos al significado de términos como: igualdad de oportunidades, DUA, pobreza y posibilidades educativas, solidaridad, responsabilidad personal y social…

Debemos de considerar que la educación universal y gratuita no significa necesariamente equidad educativa. Existen factores escolares, familiares y sociales que influyen en el acceso a la educación de las niñas y los niños. La situación de pobreza y exclusión que sufren cada vez más familias, está afectando de forma más severa a los niños en edad escolar.

Prácticamente todos los niños y las niñas en España van a la escuela. Pero, ¿van todos los niños en las mismas condiciones a clase? ¿de qué sirve que un niño disponga de un aula y un profesor si le faltan recursos o apenas ha podido desayunar?

El disfrute pleno y efectivo del derecho a la educación todavía dista mucho de estar completamente universalizado. Esto es especialmente visible en los entornos con menos recursos. En palabras de Paulo Freire “Hemos de defender el proceso revolucionario como una acción cultural dialogada conjuntamente con el acceso al poder en el esfuerzo serio y profundo de concienciación de todos”.

El 25 de septiembre de 2015, 193 países entre los que se encuentra España, se comprometen a cumplir 17 objetivos de desarrollo sostenible que marcarán su ruta y cumplimento para el año 2030. Lo que se ha denominada AGENDA 2030 y ahí podemos ver su objetivo nº 4. Educación de calidad: garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos.

En unos momentos de “Pandemia” por el covid 19-coronavirus, que nos está tocando vivir y desde el punto de vista de FEAE, como educadores, administradores y gestores de la educación que somos, no debemos perder la oportunidad de poner en valor algunos de nuestros objetivos y finalidades, marcados en el artículo 5º de nuestros estatutos, a saber:

Promover la reflexión en materia de administración, gestión y organización educativas.

Participar en las actuaciones dirigidas a impulsar la renovación pedagógica y la mejora de la calidad educativa.

Así debemos hacernos conscientes de que esta situación, seguramente, provocará seísmos ideológicos y económicos: vamos hacia un nuevo horizonte, que se apuntaba antes del coronavirus y que la crisis va a acelerar. Y lo que venga se empezará a construir en este mismo instante, con las medidas económicas, sociales y políticas que se adopten.

Ya surgen voces que quieren debatir cuál debe ser la mejor respuesta a la situación de confinamiento y de atención a nuestro alumnado en los diferentes niveles educativos. ¿Debemos continuar la línea comunicativa con contenidos curriculares en formato on-line que se dirigen en muchos casos hacia alumnado sin los recursos técnicos y de conectividad para recibirlos? o ¿debemos aprovechar para incidir en conocimientos, capacidades, valores y actitudes que necesitan todas las personas para vivir una vida fructífera, para adoptar decisiones fundamentadas y asumir un papel activo, tanto en el ámbito local como a nivel global, que permita resolver los problemas planetarios, apostando por la educación para el desarrollo sostenible y la educación para la ciudadanía global? Los países que más han avanzado en ese terreno han demostrado que la llave de acceso al desarrollo es la educación, por su enorme capacidad para promover el crecimiento y la estabilidad política al ayudar a superar diferencias sociales, culturales y de privilegio, y asegurar una mayor igualdad de oportunidades

Luchemos por una educación basada en la “equidad”. Gracias.