DYLE Nº 23

Editorial
Azucena Gozalo Ausín
Presidenta de la Federación Estatal del Fórum Europeo de Administradores de la Educación
Retomamos la actividad de DyLE apenas empezado el nuevo curso, arropados aún por el placentero recuerdo de los días de descanso y ocio que habitualmente disfruta el mundo de la docencia. En ese contexto, abordar al tema del “bienestar docente”, en el que pone el foco el actual número de nuestra revista, parece acercarnos a la percepción que muchas veces manifiesta parte la sociedad respecto a la vida del profesorado: personas que “viven muy bien”, y que disfrutan de unas “enormes vacaciones”.
Y, sin embargo, lejos de ese manido y reduccionista discurso, la realidad es que este término nace de la necesidad, percibida en la actualidad como perentoria, de afrontar en positivo lo que es un creciente problema en el ámbito de la profesión: el malestar docente.
Del malestar docente ya se hablaba el siglo pasado, vinculándolo a problemas endémicos como las crecientes labores administrativas, la falta de recursos o de reconocimiento social, o con la percepción de que las aulas se vuelven cada vez más inmanejables y de que aumenta el desinterés del alumnado. Pero desde esa mirada centrada en el problema se ha ido transitando gradualmente hasta poner el foco en la solución, en la búsqueda del bienestar docente, desde la constatación de que es esencial para que el proceso de enseñanza y aprendizaje sea exitoso.
A esta creciente sensibilización ha contribuido el crecimiento exponencial de la preocupación de la sociedad por la salud mental y emocional de las personas, que tan perjudicada se ha visto a raíz de la pandemia, y, por ende, del profesorado, hasta el punto de que hablamos ya del bienestar emocional docente como uno de los objetivos prioritarios de las propuestas de mejora de los sistemas educativos.
En su libro World Class: How to Build a 21st-Century School System1 y en sus frecuentes intervenciones públicas, Andreas Schleicher repite insistentemente que “la calidad de un sistema educativo nunca excede la de sus profesores”: Difícilmente podremos mejorar los procesos educativos si no garantizamos que los docentes sean los mejores, y difícilmente serán los mejores si no se propicia su bienestar.
Desde la plataforma de debate y reflexión que es DyLE nos hacemos eco de esta necesidad a lo largo de las próximas páginas y aprovechamos para desearos un curso lleno de buenos momentos.
1 Schleicher, A. (2018), World Class: How to Build a 21st-Century School System, Strong Performers and Successful Reformers in Education, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/9789264300002-en.